Obsesionada

Al final del día obtenía su mirada como una pócima para dormir la conseguía, lo sabía. Pasaba una y otra vez por su trabajo las vitrinas me hacían un gran favor, para contemplar un cuerpo varonil desarrollado expuesto ahí, pero sus gestos actuados comprometían llamar la atención.
Lo seguía por largas horas y siempre llegando a la misma calle donde se perdía hasta ahí mi corazón batallaba por un paso más lo que mi cuerpo respondía frente al fracaso temor de ser descubierta por cualquier ser posesivo de él, un ser extraño interrumpiendo en mi corta vida llena de niñerías causada por mi abuela protectora.
Con la lluvia recorriendo por mis mejillas sonrojadas por gestos incautos de él. Nos mirábamos siendo vistos por una anciana experimental que movía la cabeza con señal de negación .A veces le hacia creer que me iba luego reaparecía por arte de magia, se reía cosa que me entusiasmaba bastante me llenaba de felicidad saber que daba amor guardado sin rumbo alguno que muchas personas creían no tener refugio.
Estaba sentada esperando que terminada de pasar por la calle final cuando me agitó su mano con señal de adiós inesperada por tal gesto intencional reaccione con una amplia sonrisa solo para él. Estaba oscureciendo como mi extraño sin razón pensamiento no quería ser vista por él como una persona con mirarnos a los ojos nos bastaba, pero hoy me dijo adiós y mañana que vendrá a hablarme ¡Por dios! No quería eso, le temía a su cuerpo y esa esencia varonil que desprendía en cada paso, tan solo imaginarlo acariciándolo me hacia sucumbir .Corrí alejándome de la calle pensando en que mañana no lo veré más, por primera vez tomaba una decisión fácil de realizar.
Era tarde estaba allí frente a la vitrina comenzando de nuevo, pero con un solo objetivo en mente, una mirada más.