Anoche me perdí en el valle de uno de tus pómulos
Me apoyé sobre tu frente y desde allí,
Mis labios marcaron un beso en tu entrecejo.
En un instante de tranquilidad
Te levantaste de la silla
Y en el afán de no caerme al suelo
Me sostuve fuertemente de tu nariz,
Estos pies colgando
Y mis manos implorando fuerza
Flaqueaban los brazos a punto de dislocarse.
Suspiraste un poco
El aire entonces entró junto con mis brazos a tus fosas nasales
Allí,
Anclada a tu nariz
Pronunciaste un beso
Y a manera de cariño
Mis piernas quedaron atrapadas
Entre la convexidad de tus labios.
Exhalaste mis brazos
y construiste en la puerta de tus labios
Una ventana para mis ojos,
La modulación perfecta para mis oídos
Y un colchón de piel para mis brazos.
Viví entre tus besos
Sobre tus besos
Te soñaba labios,
Me soñaste dulce.
El día abrió mis ojos
Y en la punta de tu cristalino
Percibí mi cara frente a la tuya,
Nuestras narices besándose
Nuestras pupilas enfocándose
Y los alientos fundados en la noche recorrida
Se buscaban excitados
Como perras en celo.
Con la conjugación afrodisiaca
De nuestros cuerpos somnolientos
Comprendí
Que estamos hechos de texturas y sentidos
Emergidos en un mismo sentimiento
Dentro de un sueño biconvexo… sueño biconvexo
Texto agregado el 10-09-2007, y leído por 253
visitantes. (0 votos)