Es el personaje cumbre
en la fauna del amor entre dos personas, o más.
Es el abrazo más estrecho,
el único puentecito de labios que se maúllan
cálidamente sonetos de frenesí esmeralda.
De reojo por la comisura más ínfima de mi alma contemplo absorto nubes de contactos labiales que se filtran cristalinos por el entrelazamiento de mis dedos. Algunos caen, otros se mecen, a ellos venero, me enternezco y me integro a su cortejo. Llego a ser parte de él.
Besos
Cómplices que dialogan entre sí
De limón y sal sin quimeras ni soles por alcanzar
De almíbar y nuez
De bicicletas
Besos que no se pueden atesorar en un marco
De conflicto y reconciliación “a pesar de todo”
De Edipo y Yocasta
De Infierno
y Cielos ovarios
Besos sabor a cacao amargo y lágrimas de alcohol
De domingos sin Dios y lunes de miserable rutina
Los hay desgarbados, desdibujados
Para una sola noche
Besos por pesos
De sobres madera que acunan arena y pimentón
De peces dorados saltando enaguas de la Gorda Luna
De algarrobo, pampa y mate lavado
Inmortales
a café y Biblia de insomnio
Besos de rouge bermellón al borde del cristal, al cuello de la camisa
de labios brillantes, indómitos
Besos a
desierto carmesí, oasis y cocos azulinos
De estreno y pobre debut
De metegol y gol
De humillación, perdón y gratitud
Besos para apaciguar pasiones de hogueras sin sol
Desmesurados, insondables, cuadrados, vistosos, amarillos
Que dialogan con el siguiente
Besos subterráneos
De altillos oscuros a sexo infinito sin remedo vertical
Diarios, anuales, semanales
Que murmuran rosas sepia y amor
Besos
para descansar sin tu paz.
El beso
Nano Gutierrez
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