Caminar en la vereda del guarura
No es algo que hubiésemos elegido
Todos aquellos que la andamos
La verdad es que todos nosotros
-aunque se nos tilde de hocicones-
Preferiríamos otra cosa
La que sea
Con tal de recorrer otros rumbos
Pero debo yo
(Por lo menos yo)
Reconocer algo
Esta vereda es lo único que nos quedó
La debemos andar
Machetazo tras machetazo
Ni tenemos los dones ni tenemos la cultura
Para aspirar a llamarnos guerreros
Y poder así recorrer
La noble ruta del Bushido
¿Bushido? Ésas son mamadas
La vereda de guarura no posee honor
Ni tampoco espiritualidad
No escribimos con caligrafía
En el caso de que se sepa escribir
No sabemos de reglas, costumbres o tradiciones
Nuestra estrategia es: patada-trompón-patada-trompón
O más simplemente: Descontón.
De música sabemos apreciar el reggaeton, la cumbia, la salsa
Y, por supuesto, la onda grupera
De poesía lo que en las mañanas declaman
Las inspiradas aves del AM en sus programas para despertar
De lecturas quizás a Corín Tellado y para educar a los hijos
Al gran Cuauhtémoc Sánchez.
La vereda del guarura no es más que aceptar
Que todo lo que caiga es bueno
Sea nuestro o pepenado
Robado o usado
Remendado, parchado o pirateado
Es legítimo pelear por uno
Es legítimo pelear por lo suyos
También tenemos derecho de ser
Todo lo bueno o todo lo malo que podemos.
O todo lo mediocre que somos.