Una tibia melodía a mis oídos, palabras insonoras que acariciaban mi rostro entre miedos a perder algo, algo que ya no existía. Notas que venían, me encariñaban, me hacían adicta y luego se escapaban, corrían, aceleraban sus vuelos y se hacían inalcanzables para mí, huían. Que es esto que envuelve mis sentimientos, estos sonidos interminables que me tienen amarrada aquí.
Dormí…
No soñé…
Desperté…
Lo descubrí…
No me muevo… no he ni tratado abrir mis ojos desde aquel día, tus recuerdos me mantienen aferrada a esta ropa, esta cama, esta pieza, todos estos objetos sin alma, que fueron espectadores de todo lo que vivimos, sentimos, hablamos, discutimos, fuimos…
Extraño tu voz… mis suspiros se acaban…
|