Entonces, de repente, lo vi. Tras una leve agitación que delataba su ascensión a la superficie, la entidad surgió a la vista sobre las aguas oscuras. Inmenso, repugnante, aquella especie de Polifemo saltó hacia el monolito como un monstruo formidable y pesadillesco, y lo rodeó con sus brazos enormes y escamosos, al tiempo que inclinaba la cabeza y profería ciertos gritos acompasados.
Hp.lovecraft
Me es difícil tratar de relatar esta historia y no es de procedencia mía ser condescendiente pues los graves estragos causados por el alcohol han enrevecido mi visión de la realidad, ya sea esta una disgregación o una fluctuación de la misma, me es incierto el ¿cómo? y el ¿dónde?. Sólo diré que desperté en un lugar insólito, quizá nunca explorado, pues me encontraba en medio de un bosque tormentoso - tuve una cierta predisposición a la aventura en mis días de juventud y no iban a ser en vano mis viajes de exploración - me enrumbe de entre la maleza hacia un camino desconocido, pues debía de aprovechar la luz del día para poder movilizarme, caminé durante horas, dios sabe por dónde.
La noche ya se avecinaba así que junté un poco de follaje y corte algunas ramas para poder recostarme y descansar por esa noche bajo el resguardo de mi insipiente fogata, intuí que ninguna musaraña se acercaría por el fuego.
Desperté de improvisto con una especie de sudor frió y no está demás recalcar que mi sueño estuvo plagado de estribaciones mefistofélicas representadas por una especie de sonoridad , como un pequeño pitillo que empezaba en ‘’zo’’ terminaba en ‘’ul’’ , el fuego seguía ardiendo y no tardaba el firmamento en mostrar el alba.
Ya habiéndome familiarizado con el ambiente y teniendo bien en claro las posiciones cardinales decidí dirigirme hacia el norte. Caminé entre la maleza hasta llegar a una especie de vertiente, examiné el panorama para asegurarme de la consistencia de las ramas y así poder facilitar mi descenso, una tras otra hasta llegar al fondo junto al lago . Al culminar la tan laboriosa acción me percate de ciertos signos en las rocas, un conjunto de espirales inversas, deduje que algún tipo de hombre antiguo pudo haberlas esculpido. La verdad es que las tome por irrelevantes y me dirigí raudamente al lago a tomar algunos sorbos. Después de saciar mi sed decidí recoger algunos hongos silvestre para mi respectiva alimentación. Después de ingerirlas caí bajo un profundo sueño. Al despertar el reincidente pitillo se expresaba en mi estado conciente, retumbaba desde el lago y pude percatarme de más inscripciones en las rocas, eran símbolos que aludían a algún tipo de dios de tendencias draconianas y a un conjunto de hombres tendidos en unas rocas. El pitillo retumbaba en mis oídos y terminaban en un breve susurro que me invitaba al delirio. Camine, reí y grite insensatamente por días hasta llegar a una aldea. Los campesinos me recibieron y ayudaron a llegar a la ciudad. Después de haberme perdido durante diez años todos me dieron por muerto. Ahora estoy confinado en un sanatorio, en un pequeño cuarto blanco imaginado aquel lejano paraje y su misteriosa soledad circular, el campo, el lago, las rocas, los símbolos, el susurro que empieza en ‘’zo’’ y termina en ‘’ul’’, el susurro , ¡noo el susurro, nooo Zozul!
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