El viento soplaba fuertemente aquella mañana de invierno y el dragón Némesis sobrevolaba las montañas buscando en sus cumbres un castillo olvidado por el tiempo; aquel donde sus esperanzas fueran cumplidas, porque la época de el honor y lealtad se habían perdido y el dragón habitaba con miedo, donde la tranquilidad del joven dragón podría ser recuperada de los traicioneros anhelos del hombre.
Repentinamente diviso a lo lejos una fortaleza, la cual se encontraba dentro de los recónditos umbrales de las montañas.
En sus inicios, la tierra con su silencio entregaba al ilustre dragón desde su nacimiento la vitalidad, que le hacia poderoso, aquella que sus ancestros tuvieron.
Batió sus alas hacia el antiguo baluarte, pero sin saber que la tragedia entraría de nuevo en su vida, otra vez con aquella raza traicionera que nació de la sangre de las heridas de solaris, la antigua bestia cuya destrucción fue producida por el odio y la desesperanza.
A las orillas del fuerte se asoman las criaturas del deshonor y la traicion . Como el huir se le había hecho un hábito aquel dragón intento hacerlo; siempre preguntándose porque tan pequeñas criaturas eran su peor pesadilla. En la huida una sombra oculto el disco solar unas gigantescas alas de un pálido color se asomaba por el este. Sin pensar se acerco a dicha sombra, era el centinela de dicha fortificación, el último escondite de los
Dragones.
El guardián extrajo de su interior una flama de hielo la cual aniquilo a sus enemigos.
Esto es el comienzo- replico- porque sabemos que solo la destrucción de esta raza monstruosa dejara en paz nuestra estirpe.
- y además-continuo- somos mas fuertes que ellos y sobretodo mas sabios.
La batalla fue corta como todo principio en la guerra, pero el sabia que la unión de su clase traería la era de sabiduría, la era de la union de la naturaleza con el cielo.
Dentro del campo enemigo, los hombres preparaban la estrategia para destruir a los alados, sabian que si los dejaban vivir su supremacía seria cuestionada, que su existencia seria borrada de la historia para siempre. Eso no debia pasar, solo dejarian su sed de poder al asegurar su liderazgo dentro de la pirámide de la vida.
En la reunión furtiva del centinela con el pequeño dragón, la recriminación del anciano para el juvenil- demasiado tiempo te tomo llegar le dijo- el centinela, ¿nunca habías estado aquí?
El sol muy inclinado al septentrión, ascendía en un cielo azul de un brillo y suavidad raso el cual traslucía la verdadera razón de toda batalla, la transgresión de los años transcurridos, de la desesperanza acumulada.
No respondió el pequeño- con su voz quebrada por lo sucedido. Tendrás que madurar los dragones de tu clase fueron exterminados por su corazón, dejarás que tu corazón te traicione- dijo su albino salvador.
Comenzaron su vuelo para la reunión oculta de toda maquinación humana, al observar, Némesis encontró la amarga realidad, su gente moría de angustia, vio a madres con sus esperanzas rotas por la sangre derramada de sus hijos, armas de los asesinos rodeadas de trozos de su gente, y eso solo era el comienzo.
El pequeño dragón fue traído ante el consejo, los ancestrales dragones solo se quedan observándolo, era el ultimo dragón escarlata, pequeño, pero en el se escondía los secretos de antaño, aquellos de los cuales los hombres temblarían, la razón de su eminente extinción. Dentro del consejo se hallaba un hermoso dragón color azabache líder de los batallones del cual emana una voz profunda que señala al pequeño- quien eres tu- le cuestiono y con su penetrante mirada la cual llego al entrañable de la criatura aquella que se limito a decir- soy solo un pequeño dragón rescatado de las fauces de la muerte, que no sabe la verdad de su linaje, de lo que le espera, que su alma perdió su tranquilidad, su vida. El pequeño derramo una lágrima que en su asombro vio caer. Mi linaje pereció por su ideal yo seguiré su camino seré quien destruirá a esa raza.
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