Allá por los años 80, residiendo en España, para ganarme la vida monté una Agencia matrimonial, que además de darme de comer, me daba grandes cantidades de placeres.
Si todo lo que les he narrado les parece increíble, paso ahora a narrarles un aspecto del que me encargué personalmente.
Estaban llegando un poco más de 300 cartas mensuales. Con el correr de los
meses, habíamos implementado el sistema de fluido en lo administrativo con apoyo del computador. Los ingresos se habían estabilizados a un nivel bastante alto. La verdad ,es que más que una venganza, esto era una verdadera profesión para nosotros y un trabajo bien remunerado para muchos chilenos que por razones económicas se encontraban en esas tierras.
Fue entonces cuando empezamos a afinar la puntería y nos pusimos más sofisticados para nuestros gustos y dimos una atención preferencial a un grupo que no habíamos considerado en su total valor.
La información que requeríamos no estaba solicitada en el cuestionario de inscripción y por lo tanto, fue necesario revisar nuevamente todas las miles de cartas tratando de detectar mujeres sin experiencia sexual.
Cajas y cajas de viejas cartas, casos cobrados; en su totalidad casos atendidos, la mayoría casos pendientes; algunos, casos olvidados, muy pocos. El tema no había sido tratado en profundidad, las cartas que lo insinuaban no pasaban de una decena.
Así que ideamos un formulario de consulta que hicimos llegar a todas nuestras
clientas antiguas, en el sentido de hacer un control de calidad de nuestros servicios
incluyendo destacadamente su situación sexual actual y si deseaban modificarla.
Necesitábamos retroalimentarnos de información. El estudio lo realizamos por tanto, en todo el universo de mujeres en ese estado de distintos niveles sociales, distintas edades y de agnósticos, ateos, testigos de Jehová, mormones e indiferentes en forma decreciente.
Se trataba de un preparado plan anti vírgenes, por lo tanto descartamos de esta
encuesta las que hubieran tenido experiencia sexual.
Entonces, descubrimos que al respecto, no había una actitud moralizante, menos del 10 por ciento creen que al perderse la virginidad se pierde el honor, son raras las que tienen el punto de vista opuesto.
Se puede decir que a contar de los 35 años, las mujeres con independencia
económica están dispuestas a hacer abandono de la virginidad, las profesionales y
comerciantes de éxito, estarían dispuestas a tener un hijo y mantenerse solteras.
Las niñitas y las jóvenes, mi especialidad, se dividen entre las que quieren estar
vírgenes para enfrentar el matrimonio: las que no han tenido la oportunidad de variar su condición sexual, y las que creen que el amor es la comida y el sexo el postre; más o menos en la misma cantidad para cada grupo.
Es posible, entonces distinguir grupos de jóvenes liberales, que tienen una
justificación para la pérdida de la virginidad antes del matrimonio, hay que considerar, no obstante, que una gran mayoría de este grupo, no tiene al matrimonio como el fin de su vida, pero sí, hacer una vida de pareja semi estable.
Debo reconocer que hay algunas liberales treintonas, que son pura boca, ya que algunas, incluso eran vírgenes, pero muchas, tenían muy poco camino recorrido en las lides del amor.
Diré, que la mayoría consideró que la desfloración es necesaria, para enfrentar en igualdad de condiciones la experiencia del hombre, sin necesidad de esperar el matrimonio, estas muchachas se entregan para desentumedecerse, estando incluso dispuestas a provocar para que así suceda.
Éstas consideran, incluso, ridículo ser virgen y se imponen la primera experiencia, sin esperar la coincidencia amor-sexo.
El siguiente grupo en importancia fue el formado por aquéllas que a pesar de tener un abierto sentido a la sexualidad, han tenido poco éxito en este comportamiento y descubren con ello que tienen pocas condiciones para aspirar a la santidad.
La virginidad carece de valor para aquellas vírgenes que tienen más de 25 años y es bueno perderla y no ponen inconvenientes para que ello suceda, éstas no lo saben buscar, pero están dispuestas a que las encuentren.
El grupo más reducido, finalmente, está constituido por las jóvenes que viven un amor bastante profundo y para quienes la pérdida de la virginidad es, en un momento dado, un "don" en el que se expresa el amor que se siente. Está claro, este es el grupo que menos escribió, ni se interesó en nuestra agencia. Sólo cuando esta motivación sentimental fue rota sin que se llegara a consumar el acto, ellas recurrieron a nuestros servicios.
Estas chicas piensan que perder la virginidad era un regalo que le debían dar al
hombre que amaban y era una prueba de fidelidad.
Nuestra argumentación para convencer a estas chicas fue que: por algo se habían atrevido a escribirnos y que eso les pasó, por conservar la virginidad para la noche de bodas, cuando más que un placer es una obligación.
Por ser un tema muy apasionante, es que me especialicé en él, claro, es una tranca que me quedó desde muchacho, ya que cuando joven no tenía mucho éxito con las mujeres, así que esta parte de la aventura es como un ramo que me quedó pendiente y estaba dispuesto a aprobarlo con un siete.
Cuando la joven se convierte en mujer, la desfloración es una promisión de la vida misma, a la que ella no se puede oponer.
El primer acto sexual, hace olvidar los temores y si es voluntario, se descubre cuán errados estaban tus padres de sus enseñanzas; se ha botado un fardo muy pesado en la vida es por eso que el primer acto de emancipación familiar concreta. Ser virgen es un estado inferior que deja en desigualdad de condiciones, casi humillantes cuando el tema se trata en público.
La desfloración es un acto en virtud del cual se abandonan ciertos prejuicios
morales o religiosos.
Algunas frases que quedaron para el bronce:
"No deseo conservar mi virginidad para la noche de bodas, me parece ridículo
seguir las formas tradicionales establecidas por la sociedad".
"Cuando me acueste con un hombre, se tratará de la única posibilidad de sentirme cómoda desde el punto de vista social".
"Debe ser una venganza personal, me acostaré con un hombre simplemente porque me parecerá estúpido vestir de blanco y que toda la familia se frotara las manos pensando en lo que ocurrirá".
"Las ideas burguesas de mis padres me repugnan, estoy esperando el momento, que espero llegue pronto".
"No le atribuyo ninguna importancia a la virginidad, porque se trata de un mero
estado físico".
"Me sentiré orgullosa cuando la pierda; me gustaría que existiera una etiqueta en la solapa como en las colectas".
"Deseo ser completamente femenina".
"Una mujer se convence de que quiere ser amada, pero no encuentra el amador, en el preciso momento".
Cuando escriba un libro, como lo decía antes, será recomendable que los lectores entren en una preparación física previa, arrienden una casa cerca del terminal pesquero, junten cartílagos de tiburón o frutos de pistacho, vayan para la Aldea y compren crema de hiel de chacal, pócima revitalizadora sexual.
Hace algún tiempo un antiguo cacique mapuche, me recordó que antes de meterse a la cama hay que beber un vaso lleno de miel virgen, comer 20 almendras y cien semillas de pino, es por ello me insinuó, que los mapuches tienen menos hijos que los pehuenches, que viven a la sombra de la araucaria.
Los hombres de naturaleza frígida o de mecanismo erótico indebidamente rápido.
Los que , científicamente se llaman los eyaculadores precoces, los espermorréicos, deberán masticar mezclas estimulantes preparadas con miel, jengibre, piretro, vinagre, eléboro, ajo, nuez moscada, cándamono, lengua de loro, pimienta y otras especies. Mejor beber un poco de agua antes y después para que no lo rechacen por hediondo y desagradable.
Los hombres aficionados a los condimentos, a la cebolla y el ajo están preparados para el atletismo sexual y los hombres delgados, por naturaleza tienen mejor rendimiento que los obesos en la cama.
Esta historia, aunque no lo crean, es una narración y exposición verídica de los
acontecimientos pasados y de las cosas dignas de mención, en todos ellos vibran la
actividad humana, el espíritu del mapuche, siempre presente con su empuje, su afán de superación cultural, de desarrollo técnico y científico, pero sobre todo, la vibrante
autenticidad, la realidad histórica, la que el historiador nunca pudo contar, la que estaba presente.-
Este es un extracto de “LA VENGANZA DEL MAPUCHE” SEGÚN QUEUPAN de MARIODELAFUENTE@CHILE.COM y puede leerla en www.loscuentos.net.
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