Hoy mis lágrimas me piden salir,
es porque no sé si soy tan feliz.
Melancolía extrema,
la soledad que es eterna.
Sin la luz que me guíe dónde ir,
más me pierdo en lo que un día fui.
Ya no soy una nena,
y mil dudas mueven mi tierra.
Adiós, nadie puede fingir más,
no sirvo, me rindo,
para qué estar.
Adiós, nadie puede soportar,
no quiero, me muero,
para quién estar.
Sé que no tengo en claro quién soy,
sé quién fue y será mi gran amor.
Pero ni eso queda,
y a tí, tal vez, ni te interesa.
Adiós, nadie puede fingir más,
no sirvo, me rindo,
para qué estar.
Adiós, nadie puede soportar,
no quiero, me muero,
para quién estar.
Adiós, nadie lo podrá evitar,
en cuatro paredes,
me quiero quedar. |