Gota salada que rueda por tu mejilla
que día a día nos recuerda
la crueldad de la humanidad
la crueldad de tu enfermedad
hallond
Eran apenas las 9:30 de la mañana cuando aquel personaje de mirada perdida, cojeando de manera muy particular cruzó las puertas color verde pálido, puertas que encerraban el destino de una de las personas más importantes dentro de su vida… su madre.
Al alcanzar el segundo piso, descubrió a su padre sentado en una silla de cuero negro en el fondo de la sala, - por un segundo, el salón de espera pareció reducirse a un pasillo sin fin, solitario, frío y silencioso- Seguido de un breve minuto y un apresurado abrazo, padre e hijo se despidieron sin mayor dificultad, dejando atras unas cuantas recomendaciones y una soledad inimaginable.
Los minutos avanzaban tan lentamente que parecían interminables, las horas pasaban y lo único que crecía era la incertidumbre y el encierro. Las paredes blancas se cerraban ante nuestro angustiado personaje, el ruido y el llamado de nombres desconocidos lo sacaba de su ensimismamiento, lo hacia volver a la fria realidad, a la conjestionada, silenciosa y amplia sala de espera. El ir y venir de batas azules, blancas y aguamarinas creaban una danza inmisericorde de confusión y quietud, que antes que tranquilizar, desconsertaba y enloquecia.
Los interminables segundos se filtraban punzantes como el frió del océano, el eco de la puerta retumbaba y la suave voz de la enfermera anunciaba un nuevo nombre...
- Los familiares de Alejandra Guzmán. Por favor acercarse a la ventanilla Nº1
Otra vez, un desconocido.
El desfile de batas color cielo continuaba, la sala se desocupaba y lo único que seguía igual era él…
El indiscutible canto de la dama blanca seguía llamando a los fieles y preocupados asistentes, uno a uno caminaban hasta la puerta esperando buenas noticias, y uno a uno se retiraban, reconfortados de ver nuevamente a aquel ser, a aquella persona que había sido tocada por la magia de la medicina.
Después de casi cuatro horas, que en realidad parecieron 4 años, un robusto personaje de vestido azul, pronunció finalmente las 2 palabras que había esperado durante toda la mañana…
- Los familiares de la señora Nohora Merchán
El estomago se le revolvió, el momento decisivo había llegado, fueron tan solo 5 pasos desde la silla hasta la puerta, pero a él le pareció mucho más…
- Usted es el hijo de Nohora
- Si señor.
- Siéntese por favor
El corazón se le acelero, la cabeza le daba vueltas y una sensación de vacío se apodero de su parte abdominal.
- Sólamente quería decirle que la cirugía fue un ÉXITO.
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