Mujer embrujadora,
con esos ojos de madera,
tallados en duro nogal.
Sonríes burlona y cruel.
Mientras tu revuelta cabellera
asemeja al de las silbantes sierpes,
listas para la mordida final.

Es tu mirada la que congela el alma,
aprieta el corazón,
desgarrando las entrañas.
Todo lo soporto
con la secreta esperanza,
de no quemarme en tu ardiente flama.
Mas tu risa burlona y despectiva, es la que mata.

¿Que hombre podría soportar la cruel burla
de esos hermosos y bien formados labios?
De tu más hermosa boca desdeñosa.
Como marcaron tus palabras a fuego mi piel,
como el cruel tatuaje del rimbombante
desamor que mostrabas hacia este que te ama;
mientras escuchaba el eco de tu risa hiriente y cascabelera.

Duro corazón de pedernal
que late en tu frío pecho de invernal abrazo.
Reina de los carámbanos.
Cruel sirena devoradora de incautos marinos,
que han caído ante el embrujo de tu risa,
seducidos por tus bellos ojos y deslumbrante cabellera.
He contemplado la angustia retratada
en tantos rostros por ti maltratados,

Todo tiene un ir y venir en la vida.
Una vez estarás tú arriba y yo abajo.
Otra, el péndulo cambiará,
y serás tú la que maldigas.
Tus momentos amargos y solitarios.
De mis labios no saldrá burla alguna.
Solo veras en mis ojos, mi amor extraño.

Nomade el moro