Inicio / Cuenteros Locales / andrula / Historia dudosa
Digamos que un hombre se levantará una mañana como cualquier otra y hará las cosas que usualmente hace por las mañanas, como ir al baño, donde pondrá especial cuidado al rasurar su rostro, aunque quizás un incipiente nerviosismo mermará su habitual dominio de esta actividad rutinaria y no podrá evitar un pequeño corte en su mejilla izquierda (o derecha) justo debajo de la patilla. Observará las pequeñas arrugas, las canas, agradecerá al espejo no mostrarle un tipo pelado como otros de su edad. Repasará quizás mentalmente el sueño que tuvo cuando pensaba que ya estaba despierto, en el que sus labios se hundían en una mejilla blanca y suave, lentamente se iban acercando a la comisura de una boca fina, hasta darse cuenta de que la dueña del rostro es una joven-niña de la que estuvo perdidamente enamorado y nunca pudo tocar siquiera, ni confesar su apasionado amor adolescente. O recordará tal vez otro sueño, en el que estaría preocupado porque su novia miope no quería usar sus anteojos, por eso al cruzar la calle la atropelló un coche y cuando él se acercó todo lo que quedaba de ella era una colilla de cigarrillo, que sostenía en su mano mientras le reprochaba su torpeza. O podría recordar otros sueños de otras pasiones, que al final serían la misma con distintos disfraces. Y en ese momento, su gata siamesa le rozaría una pierna y le pediría algo con su mirada misteriosa, pero él no la comprendería, porque es difícil para un hombre penetrar tanto en los secretos gatunos como en las mentes femeninas, y al menos sería esta una mirada sostenida, fija, directa, limpia, profunda, inquietante y magnética. Su mujer estará todavía acostada, o se habrá levantado mientras él está en el baño, o estaría ya despierta preparando el desayuno cuando él besaba la mejilla blanda del sueño. Y ella sí comprenderá el requerimiento de la gata y le llenará su tazón de alimento balanceado, mientras se comunicarán en el mismo lenguaje al que él está totalmente ajeno, así como le es extraño el universo detrás de la mirada esquiva de su mujer, dirigida siempre hacia otro lugar, interesada en la gata, en el libro, en la imagen que le devuelve el espejo, en el monitor de la computadora, en sus trazos sobre un papel, en las verduras o la carne que está picando para el almuerzo o la cena, en cualquier cosa menos en él, que a veces tiene ganas de convertirse en la gata para que ella lo cuide y lo acaricie. Se preguntará cuándo fue que su novia miope decidió ponerse los anteojos y ver el mundo por sí misma, sin necesidad de que él la guíe llevándola de la mano, cuándo decidió que si a él le gustaba el pelo corto ella lo llevaría largo, si a él le gustaba la ropa blanca ella se vestiría de negro, si él era de Cerro ella sería de Olimpia aunque odiase el fútbol. Cuándo fue que se pinchó por primera vez con el alambre de púas que la circunda. Cuándo fue que chocó contra ese muro, cuándo fue que ella le abrió por última vez esa puerta gastada que los separa. Él se vestirá y tomarán el desayuno lenta o rápidamente, conversando con animación sobre algún proyecto o dejando caer palabras al abismo de la incomprensión, o masticando la densidad del silencio o sorbiendo un café un poco desabrido. Después él se cepillará los dientes poniendo especial énfasis en eliminar cualquier resto de mal aliento matinal. Se despedirá de su mujer con un beso, ella le dirá te quiero, él dirá yo también, o él dirá te quiero y ella yo también.
Ella dirá te quiero = te entrego todo mi ser, invade mi cuerpo y mi mente.
Él dirá yo también = amoldaré este cuerpo y esta mente para que se parezcan a un ideal.
Él dirá te quiero = has logrado ocupar el lugar del ideal, amo tus defectos y virtudes, necesito que me ames por encima de todo.
Ella dirá yo también = pero no eras lo que yo creía que eras, me decepcionaste y ahora deseo algo que llene el vacío de la emoción perdida.
Él dirá te quiero = pero si no me amás por encima de todo buscaré otra que lo haga.
Ella dirá yo también = yo también.
Saldrá de su casa, subirá a su coche e irá conduciendo por la avenida. Recordará lo que le sucedió el día anterior (¿o fue hace un mes?) cuando revisaba una de esas cuentas de internet en las que uno pone sus datos, detalles de su perfil personal y algunas fotos, para relacionarse con personas conocidas o desconocidas que va agregando como “amigos” que en ocasiones podrían convertirse en algo más que amigos. En la información general de su cuenta decía “hoy es el cumpleaños de XX”. Generalmente no recordaba las fechas de cumpleaños y aprovechó el dato, apresurándose en escribir la felicitación correspondiente en el bloc de notas de su amiga. Se sorprendió con la respuesta que recibió más tarde: “muchas gracias por el saludo cumpleañero, aunque lo estoy recibiendo con un mes de adelanto, ja ja”. Efectivamente, cuando revisó nuevamente su página de información general se dio cuenta de que decía “hoy (fecha del mes siguiente) es el cumpleaños de XX”.
Pensará en el tiempo que le llevará llegar hasta la calle en la que debe doblar hacia la izquierda o hacia la derecha. Será ese tiempo como si la calle fuese un río que fluye llevándolo, que está allí desde siempre, al que ha sido arrojado y convertido en preso del poder de su soberanía de ente objetivo, mientras él es un simple ser advenedizo y pasivo que se deja llevar. O será el tiempo como si estuviera él sentado en un vórtice denominado “ahora”, ese ahora fugaz e inaprensible pero a la vez lo único que se puede considerar permanente e inmutable, mientras su conciencia elabora una representación de aquello que considera pasado y lo que puede prever que será futuro, o algo así, bien, mal o fragmentariamente interpretado de algún estudio filosófico leído en Internet.
Al llegar a la calle Fulano de Tal, dudará entre doblar hacia la izquierda o hacia la derecha.
Digamos que elegirá doblar hacia la izquierda. Recibirá un llamado a su celular y dirá que sí, que en veinte minutos aproximadamente llegaría. Marcará un número y dirá que irá más tarde a la oficina porque tiene que hacer un trámite. En el camino verá un lapacho amarillo florecido y sentirá un vuelco de emoción en el corazón, o verá una vereda llena de basura y tendrá ganas de huir de esa ciudad de mierda. El cielo estará limpio y celeste como los ojos de su gata, o será gris como las cenizas de una pasión extinguida. La encontrará esperando en una calle vacía y la hará subir al coche. Tomará su mano tibia o fría, le dará un beso apasionado o seco y se irán a un hotel, donde harán el amor torpemente, apasionadamente, salvajemente o mecánicamente.
O llegará a la calle Fulano de Tal y doblará hacia la derecha. Marcará un número en su celular y dirá que hoy no puede ser, que tiene un trabajo urgente que hacer. Escuchará con indiferencia un reproche y repetirá, no puedo, después hablamos. Llegará a su oficina y se sumergirá en un mundo virtual en el que escribirá un e-mail que terminará con una relación amorosa furtiva.
O después del desayuno le dirá a su mujer: hoy no me siento muy bien, no voy a ir a la oficina, y se quedarán acostados toda la mañana viendo la televisión, tomando mate. Mas tarde ella se conectará a Internet, enviará un saludo felicitando por su aniversario a un amigo, quien le dirá que se equivocó, que su cumpleaños es el mes que viene, entonces ella le responderá que la culpa es de su cuenta de Photolog, donde estaba la información de que su cumpleaños era hoy, pero la fecha que indicaba era del mes próximo, o que quizás estaba viviendo con un mes de adelanto. Y antes de comenzar a escribir se debatirá entre miles de excusas y motivos de postergación: una tarea más importante, un deber ineludible o la banalidad ganando al pequeño esfuerzo mental requerido para darle apertura, dará vueltas en el altillo de las posibilidades, del manejo del tiempo, pasado, presente o futuro, de los hechos reales o los ficticios, de los datos esenciales o superfluos, será una pequeña llama que se extinguirá en la demora, en los cuestionamientos, controversias, discusiones internas sobre si alguien ya habrá contado la misma historia (que de hecho seguramente no tiene nada fuera de lo común), o si alguien habrá contado otra historia de una manera semejante, muy probablemente mejor contada, habiendo tan buenos escritores mucho más experimentados en el arte de la narración. Y al final, la única certeza será que todo esto ha terminado de ser escrito y que alguien acaba de leerlo “ahora”.
Andrea Piccardo |
Texto agregado el 05-09-2007, y leído por 549
visitantes. (19 votos)
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Lectores Opinan |
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01-11-2007 |
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(Llega este comentario con algo de atraso; pero llega, que es lo importante)¡¡¡Muy bueno el cuento!!! Es un descubrimiento para mí la utilización de ese tiempo verbal que posibilita explorar las alternativas de cada decisión. El final es muy interesante. El dialogo con equivalencias está también muy bueno. Una prosa que se deja leer con cadencia. El hombre, según decís, no puede penetrar en la mente femenina; en cambio vos podés hacer observaciones muy agudas sobre los pensamientos y cavilaciones del protagonista. Creo que cada uno lleva en su interior su lado femenino en el caso de que sea hombre y las mujeres tienen también su lado masculino, esto es creo ya un lugar-común, lo digo porque me dio la impreción de supiste explorar tu lado masculino con mucha agudeza. Saludos!! romquint |
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21-10-2007 |
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La verdad es que no me gustó, jajaja, me encantó, lo haces muy bien y con mucha imaginación, sigue escribiendo que te seguire leyendo
rodriguin |
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24-09-2007 |
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***** jozeluiz |
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23-09-2007 |
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Bien y originalmente narrado. Desgranas las posibilidades del discurrir de los acontencimientos, y reflejas bien que a pesar de esa variedad de futuribles, es bien difícil escapar de la miseria de la rutina. altorcan |
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22-09-2007 |
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Los grandes dilemas de los tal vez, o de los si o no .. Incertidumbres... Muy bueno ***** eidanios |
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21-09-2007 |
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Muchos pensamientos, es más una reflexión sobre como gira la vida y las decisiones que tomamos, me gustó leerla, bien escrita. gamalielvega |
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16-09-2007 |
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Las eternas dudas y la rutina, esa maldita que hace que no notemos las cosas buenas que tenemos cerca y la certeza ùnica que lograste es lo que escribiste al final, que el lector lo leyò. Te olvidaste decir que seguro lo iba a disfrutar, como lo disfrutè yo. doctora |
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16-09-2007 |
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Estoy de acuerdo con omenia.
Buen texto muy bien redactado.
por casualidad encontre en un libro la invitacion (no mio) me gusto el titulo y mucho mas el escrito
te felicito!!
***** y besitosss
///NIL/// nilda |
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13-09-2007 |
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no existen historias si finales tristes, siempre hay uno que no distorciona la realidad, me encanto tu texto, son de los que vale la pena leer y leer. mis 5 * sonrisa |
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12-09-2007 |
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Me dejó sin respiración, porque temía que al respirar podría cortar el hilo del relato. Así de cautivante me resultó. Gracias... Tadeoluna |
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11-09-2007 |
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Me gustó. Felicitaciones. lesu |
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11-09-2007 |
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Me encanta poder disfrutar de una narración bien estructurada y armoniosa donde no se menoscaban los minutos de una vida común y bien adaptada a la realidad... Felicidades malor |
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10-09-2007 |
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mis *****
jifv |
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10-09-2007 |
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me parece muy buena la forma de narrar en tercera persona
sin egocentrismos
pero me parece medio trsite lo ultimo, pensaria en un poco mas de magia para el final
pero me gusto mucho me mantuvo interesada hasta el final catherinne |
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10-09-2007 |
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Exacto!! muy buena historia, bien relatada y casi de la vida diaria.***** luna-azul |
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09-09-2007 |
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Interesante el manejo de que haces del texto. Utilizas muy bien los recursos narrativos y los modificas para acomodarlos a tu estilo muy personal de escribir historias. Te felicito, aunque la historia es triste. Jazzista |
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08-09-2007 |
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descripciones minuciosas, que tornan lenta la acción, que se desenvuelve en tiempo futuró dandole un sonsonete que rumea en todo el texto. Un abrazo sendero |
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08-09-2007 |
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muy lindo, saludos urulandes |
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07-09-2007 |
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Justo ahora, que acabo de leerlo, como bien pronosticaste al escribirlo, quiero decir tres cosas.
1. Me maravilla que lo hayas escrito en tiempo futuro, al principio temí que sobraran tildes.
2. El uso del signo igual es otro acierto muy válido para hacernos diferenciar el comentario del pensamiento.
3.En cinco palabras propones cuatro formas de hacer el amor bien diferenciadas: "harán el amor torpemente, apasionadamente, salvajemente o mecánicamente.
Y por último decirte que me ha gustado mucho el relato, aunque la historia que nos cuenta no deja de ser dura y triste.
edurne |
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07-09-2007 |
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Gracias por invitarme a leerte. Ha sido muy bueno... ha sido como ocurre en la realidad con los pensamientos, aunque sí, me parece que hay "toques" femeninos que te descubren a vos. ***** vaerjuma |
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07-09-2007 |
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Me gusta el manejo del tiempo tan curioso que hiciste. Un saludo. galadrielle |
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06-09-2007 |
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Muy bueno, y sobre todo real, el internet, algo tan actual, muchas veces nos sumerge en un mundo que al principio parece real y placentero pero que termina siendo algo burdo y cruel y lleno de mentiras, hasta en las fechas de los cumpleaños. omenia |
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06-09-2007 |
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hablando en iun caracter estrictamente narrativo: muy bueno. Ahora, si alguien ve que nos esta pasando eso a mi mujer y a mi, o avisennos o peguennos un tiro... por lo demas excelente contexto el de tu cuento. LeirBagh |
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06-09-2007 |
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detalles femeninos y a todo esto que pensara él?.excelente emivp |
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06-09-2007 |
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TE INVITO A LEER "LA PORFIA" goyi |
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06-09-2007 |
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Acabo de leerlo, casi recién levantada, con el tazón de cereales al lado del ordenador. Me contagió el ritmo lento con el que vas narrando los hechos, la mañana del protagonista; y esa relación tan tristemente habitual de la pareja que se entremezcla con los "amores" furtivos que de algún modo hacen sentirse culpable al hombre. Me gustó mucho el texto. m_a_g_d_a2000 |
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06-09-2007 |
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Excelente narrativa. farero2 |
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06-09-2007 |
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buenos detalles... rayables |
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06-09-2007 |
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MUY BUEN TRABAJO.***** lagunita |
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06-09-2007 |
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jojojo sin duda eso va dedicado a alguien en especial =P bueno la verdad me gusto mucho... tanto que lo lei todo y eso que no suelo hacerlo ^^ ... gracias por la invitacion y si tienes tiempo te invito a pasar por mi humilde espacio =D suerte pablokorn |
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05-09-2007 |
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me encanto etsa exelente
¿me prestas tu escrito para un regalo?
con tu firma seguro.
fatiga |
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05-09-2007 |
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un juego con tiempo y conjugaciones en futuro que hace soñar con lo irreal. Reconcomiosapiens |
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05-09-2007 |
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¡Qué buen texto! Es una historia maravillosamente bien escrita. marielavit |
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05-09-2007 |
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Me gustó este cuento, gracias por invitarme a leerte for |
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05-09-2007 |
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muy cierto la soy y no soy esta para reflexionarse Icnocuicatl |
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05-09-2007 |
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Me ha gustado leerlo, es original y muy cierto ( o bastante acertado) felicidades. Un saludo de SOL-O-LUNA |
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05-09-2007 |
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Ahora mismo escribo esto y ahora lo lees. Y "ahora" no es ahora. Aquí y allá... ¿dónde? (maldito Einstein). kamel |
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05-09-2007 |
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Una historia en caída libre donde las posibilidades y alternativas van jugando para un lado y para el otro. Todo “es y no es” hasta el final. /// Lo interesante del texto es que con toda su extensión no dice nada. joaqledo1 |
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05-09-2007 |
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Exquisito texto, realmente no le falta de nada, te felicito, un fuerte abrazo*****Pablo MELENAS |
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05-09-2007 |
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El laberinto de las opciones entrecruzadas, que nos asalta de contínuo. Interesante. sereira |
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05-09-2007 |
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¿Qué se entiende por determinadas "acciones escatológicas"?
Me recordó esta narración (no sé si acertadamente) dos libros, dos autores: Proust y Joice, Ulises y el Tiempo Perdido. Esa palabra interior que recorre en un segundo toda una vida con sus posiblidades varias, que ya no sabe uno si es fabulada o real, pues es lo mismo, pues fue posible. Entre sueño y realidad es tan difusa su coyuntura que da igual que el corte de la mejilla sea en la izquierda o en la derecha, pues tarde o temprano cualquier hombre o cualquier mujer repite las mismas impertinencias que sus adláteres. Y como siempre la novedad no está en lo que se cuenta, que siempre es el mismo cuento de toda la vida, sino de la manera que se cuenta y ésta a pesar de estar hecha de un tirón con buen regusto "acabo de leerla ahora". azulada |
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05-09-2007 |
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Acabo de leerlo, ahora. Estuve por un rato metida entre los pensamientos, alternativas y decisiones ajenas. Es enorme la cantidad de pensamientos que van pasando por nuestras mentes ininterrumpidamente, difícil pasar a un escrito todos ellos. Tú lo hiciste posible. 5* Susana compromiso |
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