Entre intrincados rincones
surge el ruido,
el quejido de un auto,
el crepitar de las hojas
bajo mis pies
demuestran mi caminar,
¡Es madrugada!
Lastimosos caminantes
recorren las aceras.
En una esquina
el vómito aún caliente
de algún moribundo
hecha bocanadas de humo.
Un par de mujeres
discuten al calor
de la casi extinta fría noche
sentadas en una banca.
¡No existo!,
así como no existen
ni el jornalero
que ha despertado
a su mujer a las cinco
de la madrugada
para barrer las calles,
ni las aves,
que en una triste
madrugada de verano
se niegan al despertar...
Texto agregado el 04-09-2007, y leído por 87
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Lectores Opinan
04-09-2007
Vision rutinaria que ante los ojos del poeta se convierten en buena poesia..... Aytana
04-09-2007
Poeta ubano? La ciudad asesina esconde mil y una poesia ( o antipoesia) en su vientre. Nada somos dentro del mar de concreto. AcquaDiLuna
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