Los neones rojos y violetas eran el anuncio del local, era la única forma de desafiar a las luces del puerto.
tenia un ambiente único, miles de historias y encuentros que ahí ocurrían siempre después de las 12.
La música nacía con la luna y moría con el sol.
Vio mujeres hermosas, algunas viejas, otras niñas de no mas de 14 años que contrastaban con enormes mujeres obesas pero no menos sensuales y también algunas damas calavéricas de cuerpos marchitos y miradas apagadas.
sus hábitos nocturnos encajaban perfecto ya que el aseo no era lo principal a pesar de que invadían sus oscuras esquinas, porque borrachos eran ahí llevados por damas que lo único que querían era hacerlos consumir mas y mas, de preferencia whisky. El hombre iba con la ilusión de unas manos bajo el sostén. alguna vez un par saco premio, ya que luego de meterlas bajo las bragas se llevaban a la señorita y se iban sin pagar.