Inicio / Cuenteros Locales / irredenta / Salvaje
Caminó lentamente hacia la puerta, sin mirar a nadie en especial. Su figura tenía un atractivo animal. Era arisca y salvaje decían y su oscura piel era suave como una pluma.
De pronto y sin querer, su mirada se encontró con la de un alguien. Obviándola, siguió caminando hasta marcharse.
En una próxima reunión, en otra sala y con otras personas, volvió a sentirse reflejada en esa mirada. Sintió un vuelco en el estómago.
Esa noche se fueron juntos.
Ya en la habitación ella sintió que él le estrujaba su abdomen, revolvía y apretaba fuertemente y de un tirón, sin dudarlo, le arrancaba las vísceras y las sostenía con amor entre ambas manos.
Doblada de dolor, absorta, sin poder respirar, sudando y jadeando fijó sus ojos en los de él y con su voz totalmente quebrada por el placer le dijo: - “¡Mira Hombre, lo que haz hecho! ¡Adueñarte de mi vida en un instante!
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Texto agregado el 03-09-2007, y leído por 140
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Lectores Opinan |
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12-09-2007 |
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bien, bien manejado, deja libre la imaginación. marfunebrero |
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