Todo lo que hibernaba en mí Despertó por coincidencia intencionada. Sobre las huellas de tus manos eléctricas, Mi piel más gruesa ante tus mezquindades y las mías. Aún así, semidormida, bebí tu inspiración, Floté con la llovizna… Cuando las formas toman otros colores, Cuando las mareas suben y bajan acompasadas. No dudé. Hice. Es la primera respuesta. Y entre las marcas brillosas de tu ingenio arremetedor, Mis filamentos dando nuevamente luz. (Sólo me recuerdo que el viaje comienza siempre por caminos estrechos cuesta arriba)
Texto agregado el 03-09-2007, y leído por 173 visitantes. (2 votos)