Hace tiempo conocí a una mujer de mi pueblo que dijo que una vez, vivió en la luna
Contaba como un día tuvo un accidente de coche, y justo cuando pensó que la muerte iba a pillarla allí mismo sintió como unos brazos de plata la rescataban de entre los hierros, alzándola arriba, muy arriba, pero no hasta al cielo, si no hasta la mísmisima luna
Ocurrió que en el momento del accidente unos selenitas que miraban la tierra por los cráteres, vieron como caía el coche, y decidieron acudir en su ayuda
La mujer se repuso de sus heridas entre mares lunares, y comenzó a enamorarse de uno de aquellos habitantes, concretamente del de los brazos de plata que la rescataron de entre los hierros
Hablaba de una manera tan bella de la luna y de aquel hombre,que oyéndola nadíe podía dudar que fuera cierto lo que decía
No os contaré como los describía, porque no quiero quitarle fuerza y poesía a las palabras llenas de miel y amor que soltaba a bocajarro a todo aquel que quisiera oirla
Pero si os contaré que desde aquel día los enfermos de amor, aquellos que la escuchamos sin llevarnos un dedo a la sien, andamos por mares y desiertos buscando el testimonio vivo de esa historía, pero no para darla por cierta, si nó para curarnos
Porque ocurrió, que a pesar de las bellezas tan inmensas que se encontraban en aquel mundo, el aire resultaba irrespirable para cualquier ser humano, y no le quedó más remedio que pedir que la llevaran de vuelta.
Cada soplo de aliento le resultaba tan doloroso que no tuvo fuerzas para buscar por cualquier parte hechiceros que le hicieran un vestido del vientre de las estrellas para poder respirar. Y se marchó, porque era más facil irse
Y el selenita enamorado tampoco buscó chamanes en la cara oculta que le dieran la pócima secreta para poder vivir en la tierra, y se quedó, porque era más fácil resignarse
Pero cuentan que cuando ella se fue, aquel hombre de plata lloró tanto, que en algún lugar del mundo se formó un lago de lágrimas de luna, y dicen que quien tiene la suerte de encontrarlo y bebe de sus aguas, recupera en un solo trago tiempos y amores pérdidos
Y si no creéis esta historia podeis venir a mi pueblo, es fácil encontarla cualquier noche recorriendo las esquinas. Lleva un traje de lunares, el pelo enredado en cintas de raso rojo y los ojos pintados de un verde de muchas temporadas
Pregunta a todo el mundo si saben donde está el lago de lágrimas de luna, que tiene que ir a buscarlo para beber de sus aguas, porque ahí arriba, alguien la está esperando
Las gentes del pueblo le vuelven la cara, mientras sonrien a medio camino entre la burla y la pena. Pero los enfermos de amor sabemos que no está loca, que solo disfraza su dolor arrastrándolo como un colgajo. Porque a fuerzas de tanto buscar ese lago de lágrimas de luna, sabemos que es tan solo una lúnatica, y a pesar de que las arrugas de su piel enterraron ya muchas juventudes, es la lunática más bella del mundo |