Mi amigo el muerto me dijo:
-Qué bien que no te pintes los labios.
-Bueno, me los pinto alguna vez, le conteste.
-Es mejor no pintarse sin saber, mira Nuria.
La miré. Nuria se había salido de la raya como párvula en un dibujo. Mi amigo el muerto se reía.
-No seas cruel, le dije a mi amigo cuando aún estaba vivo. Tuvo el accidente muy poco después.
Texto agregado el 03-09-2007, y leído por 173
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
10-09-2007
Muy bueno el remate del relato sobre tu amigo el muerto. Los amigos muertos viven en la memoria. 5* andrula
05-09-2007
Un poco de humor. Final repentino. me gusto mucho. Saludos Pollo1569
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