Rueda la noche
y el viento agita su larga cabellera negra,
descorre el velo de lo insoñable,
de las profundidades insondables de la locura.
A través suyo vuelan aves de sangre
que se agusanan en su historia,
historia que nunca nadie ha contado,
historia que nunca nadie contará...
Dentro de la noche habitan los trasgos,
los entes malditos
que fustiga el insomnio
-esa vigilia alcoholizada-
hasta llevarnos lento a su casa bajo un árbol.
Texto agregado el 03-09-2007, y leído por 919
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