Desde hace un tiempo atrás, desde que comencé a salir con ella, me ha costado separarme y retomar mis actividades. Con decir que en más de una oportunidad no me he querido bajar de su auto cuando me viene a dejar a casa. La abrazo sin querer despegarme, sin querer dejar de oler su perfume. Comienzo a pensar en lo bien que la paso y lo feliz que me hace. Nunca antes había sentido algo así en mi vida. Me he dejado seducir y envolver por este amor que, sin duda, es más grande de lo que mi corazón es capaz de soportar e incluso comprender, y que crece cada día más y más! Sin embargo cuando no estoy con ella las cosas cambian y solo quiero que vuelva, tenerla en mis brazos contra mi pecho y decirle al oído lo mucho que la quiero. La extraño muchísimo. Es una condición casi adictiva y que, cuando me falta, me provoca un síndrome de abstinencia tal que no hago más que pensar en ella y querer estar con ella, juntos por siempre!!!
Un día muy especial mi amor me hizo un regalo. Me dijo que cada vez que no estemos juntos la luz de la vela Sol me iluminará, acompañará y recordará que en esos momentos, en que no estemos físicamente uno al lado del otro, ella también estará pensando en mí.
Ahora, cada vez que ella no está aquí, prendo la vela Sol, mi pieza se ilumina y la siento a mi lado, siento su perfume, su calor y hasta su piel. Siento que nuestro amor es algo mágico, algo que no va a acabar, sino más bien va es ascenso. Siento que la vela Sol no es más que una vela, pero que nuestro amor y pasión ha encendido de una manera tal que nunca se apagará.
Naty… TE AMO!!! Nunca me aburriré de decirlo
Mike
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