ESTAR CONMIGO MISMO
Sábado 12:10 a.m. me debato con mi subconsciente para no creerme la mentira de que necesito una cerveza y un cigarrillo. Imagino la noche, mis amigos, las chicas y recuerdo que vengo de una semana dura de trabajo. Lo merezco… merezco un descanso.
Ahora!... Quien dice que el descanso esta en aquel bar?
Cierro mis ojos y escucho mi corazón, sus latidos disminuyen y vuelve la calma y la coherencia, recuerdo la última fiesta, las estupideces de borrachos, la mañana siguiente, el dolor de cabeza, el aliento a cenicero y el cuerpo más agotado de lo que estaba.
Una sonrisa se dibuja en mi rostro y pienso: esta noche dormiré bien, mañana estaré activo y radiante, pero lo mejor de todo es que cuando me mire al espejo mi rostro no estará demacrado, mi aliento no me recordara los pecaminosos cigarrillos y quizas esto sea un paso para recuperar el deporte, la lectura, los buenos hábitos alimenticios, pero sobre todo mi estabilidad y salud mental, aquella que siento perder cada que despierto de una noche de alcohol, sexo y alquitrán.
Trato de alejar este sentimiento que me dice que soy un ser elemental, ese que me aborda cada que me nace escribir en esta página y que me hace sentir indigno para compartirles un pensamiento.
Mis temores se alejan y el escrito, escrito esta, no sé si les guste, no sé si se identifiquen, por lo menos yo me desahogo y recupero un poco de mi seguridad, aquella que cuando posea totalmente me permitirá escribirles mejor.
No entiendo porque en ocasiones cambio la seguridad, el calor, esta energía indescriptible y el sentido de pertenencia que me brinda mi casa por la oscuridad y el auto-maltrato físico y mental que genera la fiesta excesiva.
Si caes a un abismo hay dos opciones, aprender a vivir en él, con incomodidad hasta morir de asfixia en este espacio limitado o abrir tu mente y comenzar a escalar hasta lograr salir del abismo, para luego en la superficie y con los pies en la tierra, correr hasta sacar tus alas y volar más alto, para de igual forma morir, pero esta vez de felicidad y dejando un legado y un recuerdo a los tuyos y a ti mismo que genere satisfacción.
La grandeza y la sabiduría no son para los que nunca han estado en actitudes herradas, es para los que salen de ellas, estos poseen criterios para valorar lo verdaderamente significativo, un amanecer en armonía contigo mismo, por ejemplo.
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