El Ángel de la Guarda es uno de los seres más extraordinarios que existen junto con la Virgen María, los Ángeles de la guarda son (humanamente descritos) grandes hombres, altos y rubios, sus vestiduras no son de oro aunque mucha gente lo diga, ya que son tan perfectos que viven la santa pobreza como nadie. Por eso sus vestiduras son finas de color blanco, con bordes amarillos de un brillo el amarillo que parece oro, y sus vestiduras son blancas como una paloma y relucen como un relámpago, en una noche muy oscura.
Llevan siempre una gran espada larga con unas llamas que no se apagan nunca, que la utilizan contra los pequeños demonios que nos intentan atacar con sus pequeños tridentes desafilados, pero si consiguen pincharte un poquito con una de las tres puntas te llevará a cometer cosas de las que luego te arrepentirás, pero tu Ángel de la guarda te defiende sin parar, pero cuando ve que te olvidas de Él, es como si le diera un ataque al corazón, con lo que el pequeño demonio pasa y te pincha hasta que tu armadura aguanta, pero se va dañando poco a poco y en uno de esos pinchazos se romperá, dándote en un órgano vital o solo en un brazo dejándotelo seriamente herido, y luego el pequeño demonio se ira contento a por otra victima. Tú Ángel de la guarda se repondrá muy pronto, pero si tú siguieras sin hacerle caso habrá un momento en que tu armadura y tu guardia personal estén sin poder defenderte ya que tú guardia este cansado y porque tú armadura se quede llena de agujeros, que te atacaran dos segundos y se reirán de que no puedes defenderte, y seguirá así hasta que no vallas al herrero y al curandero, para que forjen de nuevo tú armadura y para que curen a tú guardia personal, y así seguirá durante mucho tiempo hasta que consigas tratarte con tú guardia.
Pero esto solo es una descripción humanamente, ya que tú Ángel de la guarda esta siempre a tú lado, protegiéndote y pasando inadvertido de todo el mundo, ya que todos los Ángeles son espíritus que ayudan a las personas a ir al cielo y también nos ayudan en la vida ordinaria.
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