También tus ojos cocuyos
andariegos
alumbrando mis cielos sin tu lumbre.
Pero es la música, que en
melancólicas saudades me traen
en concierto, arpegios desbordados
de pasión y de ternuras.
Druidas del arcano vertieron
ancestral fragancia, que desde tu boca
derramas en ósculos dulcísimos
para el placer sentido con que me ciñes
en apretado abrazo.
Y es aquí en mi regazo donde duermes
consentido, altivo, victorioso
Al saber que en tí todo me entrama
música , fuego y mis nostalgias . . .
Texto agregado el 29-08-2007, y leído por 88
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
02-01-2008
..Excelente poesia..la voz y los ojos es lo ultimo que muere..casi hasta el final uno puede rememorarlos..o mejor dicho, cuando llega ese dia en que la voz se confunde y el color de la mirada puede ser el de otra..ya esta, ya pasó. Un gusto leer este poema. Mildemonios
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