Tenía un papá muy rico
pero no le daba cariño,
así creció desde chico,
aquel precioso niño.
Lujos había siempre
pero nunca hubo un beso,
y el niño se convierte
en un pequeño travieso.
De todo lo complacían,
no había que no le dieran,
pero nunca le decían
palabras que lo conmovieran.
Fue creciendo aquel pequeño,
siendo un pobre- rico,
él tenía un sueño,
crecer como un buen chico.
Admiraba a los pobres
que comían en torno a la mesa,
tenían a sus pares,
así es que no había pobreza.
Con nostalgia veía
el beso del vecino,
que a diario compartía
con su pequeño niño.
El vecino era obrero,
pero de buen corazón,
no necesitaba dinero,
para tener bendición.
En la escuela quería
contar lo que otros niños,
que mil abrazos tenía,
y lo colmaban de cariño.
Más todo era mentira
sólo abrazaba a sus juguetes,
casi todos los días,
pensaba en su muerte.
Para que quiero la vida,
el infante decía,
nadie a mi me cuida,
no hay una caricia.
Que infeliz es ese joven,
que aún es travieso,
tiene tanto dinero,
pero ansía un beso.
Pobre de aquel chico,
se ha convertido en hombre,
y aún se siente tan pobre,
siendo inmensamente rico.
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