Testimonio de Misiones 2007 con el colegio VC y el colegio SP al pueblo de Rayan- Huaraz


Yo me fui de misiones en 9º y volví este año a un pueblo distinto. EL nombre del pueblo era Rayan, quedaba a 40 minutos de Yungay. Por mas de que no eran mis primeras misiones, fue una experiencia nueva y diferente.

Lo que mas me impactó y me seguirá impactando es la acogida de la gente. Ese amor y cariño que te brindan incondicionalmente y que en este podemos ver la necesidad de Dios de estas personas y las ganas de querer acercarse mas a él. Si bien las misiones son un compartir de nosotras para los demás, estás misiones para mi fueron mas enriquesedoras en el sentido de que gane mucho mas de lo que di. Comprendí esa necesidad de Dios y me sentí protagonista sirviendo al proyecto del Señor, ese proyecto de ayudar a los demás de ser Sus palabras, Sus ojos, de ser Su amor.

En misiones no es que hagas sacrificios por una semana y luego vuelves a lo mismo que antes. Gracias a misiones uno cambia, uno se transforma, uno crece y es por eso que después de esa semana nadie puede volver siendo el mismo.

Cada día de los cuales estamos en una constante entrega nos enseña nuevas cosas. Yo personalmente, quedaba mas y mas maravillada cada día, desde el amor de las personas incondicional, desde ese querer darnos de lo que no tienen, desde ese cariño que apartir de ese momento nos hacia parte de un encuentro con el mismo Cristo.

Estas misiones han sido un medio por el cual he podido llegar a conocerme mas a mi misma y he podido llegar a ver mas ayá de mis ojos, mas ayá de mi misma.
Si bien no han sido mis primeras misiones, estoy segura de que tampoco será la última.