¿En el momento menos adecuado? Nauj 20-3-04

Tal vez no sea el momento adecuado y por eso mismo veo que me obligo a hacerlo, de hablar acerca de una preocupación que es posible derivar de los hechos horribles que han afectado a nuestros hermanos en España, ya que no sólo fueron victimas españolas las caídas el 11 de Marzo.

Ahora es posible que empiecen a sufrir otros inocentes, me refiero a los árabes y musulmanes. Es el momento en que el odio, no de todos, pero si de unos cuantos, emerja desde el entendible dolor, como una injustificable consecuencia. Esta tribuna no es lo grande que quisiera, pero es lo que hay y debo, moralmente, aprovecharla para pedir que seamos “justos” si es eso posible y condenemos tanto como la violencia desatada por algunos, la violencia discriminatoria contra quienes lleven la raza, la religión, la ascendencia que identifica a los pocos culpables.

Temo que, en Europa, donde lamentablemente por periodos surge la maldita xenofobia, ser parte de esa comunidad se haga una marca de riesgo para sus integrantes.

Miremos a los otros desde la perspectiva piadosa, desde el amor más universal, respetemos, dejemos que los prejuicios se disuelvan en nuestras mentes y corazones. Los “sudacas”, los “moros”, somos, son, tan humanos, tan débiles, tan hermosos como todos los demás, blancos, amarillos, negros.

Es el momento de que así como se alzaron en valiente rechazo al terrorismo, millones de habitantes en España y en el mundo, nos alcemos en rebelión contra todo tipo de odio y discriminación.

Somos todos iguales a los ojos de Alá, Yahvé, Dios, Buda, la Fortuna, la Madre naturaleza, somos hijos de fuerzas universales, somos hijos y hermanos de la Creación. NO TENEMOS DERECHO A DESTRUÍRNOS.

Esta prédica me nace desde el corazón, en un país donde nos asesinamos, nos secuestramos, nos descalificamos, nos odiamos, por años, por muchos dolorosos años, donde existíamos los de “un lado y otro”, lo digo con la convicción de vivir en este Chile que tanto sufrió.

Hoy en Chile el Gobierno ha “desenmascarado” a un futuro candidato a la Presidencia, “mostrando, para que todo el país sepa bien de donde procede”, su calidad de Opus Dei… yo no comparto prácticamente nada con ese grupo religioso, y confieso que tampoco comparto mucho con el actual Gobierno, pero me ha producido un profundo dolor ver que de alguna manera se ha realizado un acto de discriminación e intolerancia en mi querido Chile.

Cambiemos las palabras, “para que todo el país sepa que procede de un movimiento Comunista”.
¿Cuántos murieron por eso?.

Así, cada vez es menos posible que vivamos en comunidad, que podamos entender que otros tienen el derecho a pensar distinto que yo. He aprendido a hacerlo, he aprendido a ser tolerante, quiero que mis hijos lo sean, pero me duele el alma pensar que vivirán “tolerando”, primero, la intolerancia del resto de este mundo, en el que tanto me ha gustado vivir… hasta ahora.

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