A caido mi cuerpo de la gracia y el sueño de mi creador,
su castigo es lanzarme al mar esperando no vea la luz nunca mas,
cegado por mi soberbia y por cuanto pecado cometi en vida he recibido mi castigo,
pero el mar en vez de matarme opto por seducirme,
es raro, el mar es hombre y yo también, pero empeñado esta en sentirme mas.
A la superficie asoma mi cuerpo, mi cabello semeja cicatrices negras alrededor de mi espalda, de fondo una débil playa me llama,
el mar no quiere que me vaya, se sigue dando un festín con mi cuerpo,
mis pies tocan la arena, y los observo, son delgados y blancos de uñas rosadas,
la sal lame mi piel, buscando darle otro sabor que no encontrare jamás,
mi vista se topa con mis piernas otrora fuertes y morenas,
ahora torneadas y blancas están,
mis manos delgadas y largas tocan también la arena,
la espuma invade mis parte trasera, y yo abro los ojos sintiéndome extraño,
llego a una pared de roca que también me ama pero me lastima al mismo tiempo,
me recargo en ella y el mar celoso se apresta a romperla,
mi hombro sangra mi dulce miel rojiza,
el agua sigue tocándome, ahora entre mis piernas,
como buscando convencerme de que no lo engañe,
de que no le de la espalda o me arrancara el corazón,
con miedo veo como el mar eleva su espuma al cielo,
es una espada azul y enhiesta que se fundirá en mi pecho, y lo observo incrédulo,
es grande y redondo, parece hacer rival con la ola,
mis piernas se secan, pero mi humedad interior no contrasta con la del mar,
me doy cuenta que soy una mujer, no se si sea miedo o morbo, pero me toco un poco, antes de el golpe mi excitación rompe la pared,
por un escondrijo en forma de huevo escapo del amor del mar...
…el mar esta ahí, saco algo de mi, ojala nunca lo encuentren.
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