Soy un niño que por las noches sale de su casa, mi lengua es mi olfato y busco un camino que no haz pisado, busco un rastro que no haz dejado, mi campaña me lleva a un desierto donde vive una amapola azul que el tiempo a manchado con su huella, existe para escribirle al viento con su luz, le envía misivas con partes de sus pétalos caídos, el mensaje tarda en llegar al viento, el destino la transforma en una silueta gris y la hace parecer ajena al paisaje del desierto, el viento la cubre con su manto y la lleva a otros rumbos, a caído ante la arena, parece no levantarse nunca, el azul de su piel casi se ha perdido, el viento se lo ha llevado, y es el mismo que me lleva a ella, su salvador no soy, pero una parte de ella si, mi semilla del alma nace, por el corazon crece y hasta sus ojos llega ahí estaré mientras ella me vea, algo sucede, su color cambia, no estoy seguro si azul se ha tornado, mi vista es corta, una vez mas el viento decidirá. |