No se había dado cuenta, alguien si le dijo: oye eres diferente, pareces un ser humano pero no lo eres, tienes una rara esencia. No prestaba atención a aquel individuo, un ser de tamaño promedio, con ojos saltones y cabello largo, parecía un esqueleto andante pues la oscura piel solo cubría huesos. En un extraño camino lo encontró, pues se perdió llegando a lo que consideraba su escape, su refugio. El hombre se acerco lentamente, lo sentía porque su respiración era fuerte, helaba su sangre, cuando uno de sus esqueléticos dedos toco su hombro, sintió como un calor que entraba en el cuerpo, que sanaba todo lo que alguna vez fue lastimado, que alegraba el espíritu… pero no sabia, sentía miedo, dudaba de él, esa mirada penetrante le causaba desconfianza.
Intentaba comprender que sentía, pero parecía imposible; hasta que sintió como su cuerpo se deshacía, gritaba déjame vivir…
Ese fue el día en que su alma de las tinieblas surgió, gracias a ese ser de luz que alguien llamo amor…
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