Como la bella rosa que en agua yace y como su débil raíz que no germina, así es la ilusión que apenas nace y que al momento ya se termina. Deprimida por tan efímera fantasía del destino, mi alma se halla sorda al murmullo latir que me dice del corazón marchito que sepulta. Agobiada por tan triste realidad hace presa de mi alma el sufrimiento. No deja ni un instante, ni un momento el cruel flagelo de la áspera verdad. No me importa el ya no tener un sueño, tampoco la desgracia de la pasión, porque siempre supe que el amor... el amor es tan solo una ilusión.
Texto agregado el 25-08-2007, y leído por 84 visitantes. (3 votos)