Me llevo la curiosidad a entrar en un bosque en plena noche, en medio de una oscuridad total, de pronto escuche a lo lejos el repicar de tamborines, me adentré cruzando las malezas, aunque nada se veía, continué avanzando, estaba como atrapada, algo había en su interior, aunque sentía temor, continué hacia ese lugar lleno de misterio, al continuar escuchando ese repicar me pregunté, ¿Cómo puede ser?...si estoy sola… o no?... continué temerosa, en determinado momento veo un árbol muy frondoso y bastante añoso, llenos de campanitas de colores, las cuales lo iluminaban por completo.
Abrí y cerré mis ojos varias veces para convencerme de que lo que veía era real, me escondí detrás de una roca por temor de ser vista, creía estar viendo una película de dibujos animados.
Cuatro enanitos eran los que golpeaban los tamborines, mujercitas pequeñas danzaban al son de la música, en derredor de un hongo de colores, seres de luz se unían en la danza, pero volando con sus alitas de colores, eran bellos sobremanera, parecían luciérnagas con cuerpo humano, sus orejitas largas y puntiagudas, quedé absorta como si soñara con los ojos abiertos, de pronto se acallaron los tambores y del medio de ese silencio, un coro de voces angelicales comenzó a fluir, fue algo subyugante, sentí que me elevaba , me aferré a la roca, era un momento mágico con seres místicos.
Siempre quise comprobar si en verdad existían, era un anhelo el que tenía de verlos, tocarlos y hasta si fuera posible hablar con ellos, agradecí el poder ver tanta real hermosura, alguien toca mi hombro, creyendo que era una rama pasé mi mano queriendo quitarla, al momento escucho una dulce y sensual voz en mi oído preguntándome, ¿te gusta lo que estás viendo? … casi muero, no pude hablar, volvió a formular nuevamente la pregunta, muy temerosa respondí ¡¡sí!!... esto es un sueño agregué, el hombrecillo que estaba apoyado en mi hombro, con su dulce voz me dijo; éste es “tú sueño”, tomándose de mi brazo descendió y estando frente a mí dijo; soy Hermes un “elfos”, a quién tu siempre quisiste conocer, aquí estoy junto a ti.
Se quién eres, continuó diciendo, y decidí que hoy me conocieras junto a los demás seres que comparten mi mundo.
Sus ojos eran celeste cielo, su rostro de una perfección incomparable, sus orejitas en puntas, su estatura medianamente chica, su vestimenta algo rustica diría yo predominando el color marrón, su calzado bastante puntiagudos pero llamativos, sus cabellos corto atrás y medio en punta hacia arriba, era muy movedizo, me observaba como yo a él.
Le pregunte si era una ceremonia o si siempre era así, me acarició el cabello con sus dedos puntiagudos mientras respondía a mi pregunta, a sí disfrutamos cuando ustedes los humanos duermen, hoy te observe desde temprano, continuó diciendo, veo en tus ojos la necesidad de saber más sobre nosotros, tú lo llamas curiosidad, en realidad lo que sientes es hambre de conocer lo que nunca te contaron sobre nuestra existencia, de noche cuando en tu jardín observas las estrella, te veo y escucho lo que pides al cielo continuó diciendo….,crees que es casualidad que te llames Stella?... no, eso se llama causalidad, todo es por y para algo.
Tu nombre significa “estrella”, te atraen, las amas, buscas “en o de” ellas algo que sientes que tienen y te pertenece, busca dentro de ti y lo hallarás, ellas te guiarán.
Yo sé que es, pero eres tú quién debe encontrarlo.
Debo reconocer que atrapó por completo mi atención.
Todo en derredor era místico, me condujo a la orilla de un arroyo donde pequeñas haditas peinaban sus cabellos dorados, el reflejo de la luna les era de espejo, ellas son sílfides me dijo, llegando a una pequeña cascadita estaban algunas ondinas y creo que también algunas nereidas, no recuerdo bien cuales son las que pueden ayudarnos con los quehaceres domésticos.
Hermes me pregunto por el rincón derecho de mi jardín,¿Dónde están las prímulas?, pregunte,¡¡Si!! Respondió, allí dijo, habitan algunas de ellas, señalando a unas preciosas
Haditas, es donde instalé una fuente en la cuál el agua fluye continuamente, acoté, él me contó que allí viven porque les atrae el sonido del agua al caer, solo que no se dejan ver, no les gusta sentirse invadidas. Creo que esto quedará entre tú y yo, quién me creerá dije con pena, todo era tan Bello
Eres una elegida dijo, por tu necesidad de conocerlos, es un privilegio respondí agradecida, cuando me miraba a los ojos, era como si leyera mi mente, que en verdad la hacía, están capacitados para hacerlo, quise preguntar tantas cosas, Pero sin desviar la vista de mí dijo; no es el momento, si respondiera a tus interrogantes no comprenderías…
Me condujo de la mano hacia un claro del bosque, lo que vi. es indescriptible, colores, seres diminutos, mariposas, hadas, gnomos, duendes, más elfos, y muchos seres que cantaban, danzaban, reían, luces por doquier, ¿quieres unirte a la fiesta?.... ¿puedo?..¿no se enojarán?... susurré … solo muéstrate tranquila y sonríe…bate palmas, Hermes caminaba delante de mí, le escuché decir algo en un idioma extraño, de pronto mi cabello fue adornado con luces y colores destellantes, criaturas preciosas y muy risueñas giraban en derredor mío, invitándome a danzar con ellas, me hablaban Hermes me traducía.
Dije, ¡¡¡permíteme comprender su lenguaje!!!… ¿si?..Se acercó a mí y tocando mi cabeza presionó con su puntiagudo dedo pulgar diciendo, ¡¡conversa con ellas que comprenderás!!!!.... se escondían una tras otra, era como si esperaran de Hermes una señal, y así fue, él nos presentó diciendo; Estrella, ellas son, Cristal, Perla, Rubí, Esmeralda, y así una extensa fila de preciosuras, sostuve a Cristal en el hueco de mi mano,”que hermosa criatura eres”… le dije, siempre las imaginé preciosas, pero debo reconocer que son más bellas todavía, ellas continuaban riendo y mirándome con curiosidad, con sus deditos largos acariciaban mi piel cantándome una linda canción, cante con ellas, Hermes me guiaba en la danza,
“El sol te ilumine, las estrellas te guíen, trá la la tra la la ,
Nosotras aquí estaremos, y siempre te esperaremos, tra la la tra la la”
Realmente quede encantada, mi anhelo se había cumplido, los conocí, hable con ellos, cante, baile, reí, son reales.
Llegó el momento de la despedida, Hermes hizo que subiera a un tronco de Alerce, pregunte porque?... desde aquí te despedirás, ellos están contentos de que hallas venido,¿ya debo irme?... dije apenada, ¡¡Si!!...dijo el hombrecito, pronto amanecerá para ti, debes regresar, cuando me necesites solo canta la canción que hoy aprendiste, quizás, no siempre puedas vernos, pero ten la seguridad de que nosotros siempre estaremos cerca de ti. Me recomendó no olvidar el frasco de miel debajo de los helechos y que nunca deje de fluir el agua de la fuente que está al lado de las prímulas, “eres muy dulce mujer”, y te hemos aceptado en nuestra comunidad.
En verdad, estaba amaneciendo cuando Salí de la espesura del bosque, me dirigí a mi hogar, cantando la canción, casi como en un susurro, desde ese día, siempre me sentí acompañada y feliz por comprobar que aparte de nosotros los humanos, hay miles de seres que desconocemos, y que están allí, al alcance de las manos.
FIN.
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