Te distingo desde lejos, me creo que nunca pasó.
Eres la gran sombra de un pasado cercano.
Me tomo un minuto, muy decidida me acerco.
No logro quemar en mi cabeza
El sonido tan intenso de mis pies en el piso.
Cada paso que doy hacia ti
Es un paso menos en mi vida.

Son pocos los metros que quedan entre tu y yo,
Mi cuerpo tiembla y mi corazón late lento.
Muero y vivo con este momento tan elevado.
Una tierna melodía nace al fondo de mi mente.
Suave es el piano y delicados los dedos,
un sublime orgasmo de emociones
y llego.

Deshidratada, sin palabras me quedo ahí en alto.
Tu sonrisa logra borrar todos mis bostezos.
Mis dedos se retuercen al no poder tocarte.
Sudo frío mientras siento tu olor.
Hablas, me ríes y se asoman tus hoyuelos.
Mi cuerpo se electriza y un éxtasis de sensaciones
me recorren de pies a cabeza.



Mi mente convulsiona, me despido.
Me tocas el brazo, te miro y tiemblo.
Me acerco para acariciar mis labios en tu cara
Mientras lentamente muero diciéndote adiós.
No fue tu mejilla la que acaricié, sino tus labios.
No entiendo nada.
Te miro y me voy.

Desconcertada y sin rumbo me alejo.
Jamás te pude dejar ir.
Nunca fue fácil decirte “adiós”
Ya que todavía tienes mi corazón.
Devuélvemelo, sin él no puedo avanzar.
Por favor…
Hay otro hombre al que se lo quiero regalar.