Dejaste mi casa ayer.
Con un beso en la boca,
Poco a poco me torturaste.

Recibo caricias de tus manos.
Sentimientos prohibidos desatas.
Una desesperación incontrolable.
Y lloro.

‘Dios cuenta tus lágrimas’ dice el papel.
Hasta cuándo las va a contar.
Millones de palitos en un gran papel.

¿Esta apostando? ¿Llorará más?
¿Tendré un premio? ¿Gana Dios o el otro?
No quiero ser material de juego,
Nací para amar.

¿Cometí tal mal para tan arduo castigo?
¿Te habré amado tanto
que Dios sintió envidia y nos hizo sufrir?
Si es así, siéntete afortunado pues te llamaré Dios.

Cuánto tiempo derramaré rocío por los besos que me das.
Le miento a mi corazón
Con los instantes en que dices ser mío.
Le hago creer que me quieres,
Que me amas; cuando quizá solo sexo sea para ti.

¿Qué pasó? Tus ojos delatan tu sentir.
Sin embargo, tus palabras son como espinas para mi cuerpo.

¿Qué nivel es este?
¿Esta dentro del juego llamado amor?
¿Serás tu el que esta apostando con Dios?
Mis derrames para ti monedas son.

Sigo mintiéndole al corazón,
Pues solo un premio soy.