Nuestros ojos se enlazaron en ese lenguaje sin voz, pero con nosotros de pormedio, una sensación recorrió mi pecho haciendo vueltas en mi estómago y supe que estaba enamorado.
Vi tus manitas, extendidas por alcanzarme lo antes posible. Abrí los brazos dándote la bienvenida y en mi gesto pinté una sonrisa que te pertenecía por completo como todo yo mismo.
Emprendiste el vuelo y corriendo hacia mis brazos tu cabello quedó rezagado, flotando con la briza del llanto que tus ojos derramaron un segundo felíz, cuando me viste venir.
No hubo instante más preciado ni más efímero entonces, porque al abrazarte sentí tu pequeño cuerpo demasiado blando, y era la almohada inerte que había tomado tu lugar cuando abrí los ojos al despertar de nuevo sin tí.
¿De nuevo? ¿Hasta cuando debo seguir despertando?
Texto agregado el 22-08-2007, y leído por 138
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Lectores Opinan
31-08-2007
Es triste despertar y que esa persona tan especial no este a tu lado. cuidate y te mando besos
baisser
27-08-2007
finales inesperados, lo mejor de tus cuentos. kima
23-08-2007
ich will nicht mehr trenen. das war sehr schön. andyengel