A canto de peces de un mar por descubrir
A cielos de aves que no conoces
En manos de ángeles y ondinas
Entre algas y enredaderas

Ahí deje tu imagen un día para no saber de ti
Y como decir que no soporto un ave que no vuela en su dominio
Que me desarma aún la fuerte fragilidad de tu carácter
Y el trasnoche de tu voz.

Te presento las medallas de mi pena
He parido una casa
Me compre un hijo
Me case con un banco

Me divorcié de la amistad
Tengo negocios con la soledad
Compre un montón de risas
Y regale unos aplausos.

Y esa lluvia de mierda que añoro
Me moja en lágrimas
Las horas que no comparto
Por que no tengo con quien

El hombro de mi perro es muy bajo
Para seguir agachándome a llorar
A él se le canso la cola
Y a mi la espalda


Tu sabes de que hablo no es cierto
Y si no haz sabido hacerme creer,
Que no me falta tanta verborrea
No se porque hablo puras penas.

Será que tu oficio de cocinera
Me presenta un Edipo frustrado
Será que ese cuerpo de platón
Se quebrará un día y caerá de un sueño a la realidad.

Será que dejaremos de poner cerebro
Y pondremos más verdad,
La mirada en una mano
En el centro de los medios.

Quiero que llegue ese día
E insistes en el destino que hicimos
Y yo se como deshacerlo
Y tú? Y tú sigues riendo, mientras hablo.