Seriamente estaba planteándose llevar a sus sentimientos al colegio. Ella, que siempre había sido autodidacta, se había propuesto la difícil tarea de educarlos.Pero estaba complicadísimo.
A lo mejor con unas simples clases de expresión... así conseguía que se soltaran un poquito. O unas clases de de danza, para que se soltaran la melena. Se le dibujaba una sonrisa al imaginarlos meneando las caderas a ritmo sabrosón.
Mmmmm... o clases de natación!!Si lo que ella quería era eso, que aprendieran a tirarse a la piscina. Saber como darles el empujoncito para que dejaran de agolparse en su garganta. Hace tiempo que había descubierto que solo por los ojos no salían.
En otro momento con más tiempo buscaría "clases de natación para sentimientos" en las páginas amarillas.