Concuerdo con que las historias entrelazadas en un relato sin fin serían difíciles de escribir. Y tal vez ponerle un final a algo que aun no comenzó se convertiría en un hecho imposible.
Pero caducar los sueños previstos para un pasado que no fue, es tan simétrico, como la estética que generan los pasos firmes pero llenos de temor, las decisiones acertadas que no son más que meros errores o las injusticias colmadas de cordialidad.
Contar un cuento a veces y solo a veces es mas que bellas princesas y caballeros de oro, que sueños hechos realidad y alguna que otra muerte, justa!, punzante, pero justa!..de vez en cuando no son traiciones, ni enemigos, ni mentiras, ni: “él le dijo, que ella no le dijo, aquello que sabíamos todos”.En ocasiones no solamente tienen que ver con desamores, ni perversiones, ni amistades ni conejos felices.
Es que por momentos contar un cuento tiene que ver con narrar una fría, tiesa e hipócrita realidad. Donde el cinismo poco tiene que ver, por que la facilidad por: “ella propone: -hacer de cuenta que nada paso” lo supera. Quien haya estudiado las leyes de gravedad mejor que yo, me sabrá decir: ¿Cuanto puede aguantar un antifaz sobre el rostro sin poderlo sostener debido a que tenemos las manos ocupadas ensuciando a ajenos?... Mierda no!, si lo sabrás!...
Grandes éxitos a toda la gente que hoy puede desenterrarse, sacudirse un poco la tierra y seguir caminando, a quien no lo logro aun y hoy se cree mas enterrado que nunca, no hay que preocuparse, una vez que se choca contra el fondo, ósea la realidad, solo hay que aceptarla, adaptarla, modificarla, comerse el orgullo pero jamás agachar la cabeza, entender que equivocarse una y mil veces es tan humano como perdonar. Eso sí hermano, quien no perdona, no se equivoca. |