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Inicio / Cuenteros Locales / Pilef / 56.-Florencia y su perro.©

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Es tarde y el reloj de su conciencia no marca el tiempo, mientras espera que el portón del edificio se abra, ve a las parejas entrar al Pub de enfrente, felices y riendo, sale y conduce despacio. No sabe a donde va. No sabe lo que siente. El tiempo inextensiblemente pasó… atrás quedaron las vacaciones, las esperanzas perdidas.

El tráfico comienza a menguar, también la lluvia y por la actitud de unos cuantos peatones, nota que el frío se hace más y más intenso.

Cuando recobra la conciencia del tiempo transcurrido, está detenida en una plaza de peaje en plena carretera hacia la costa. Sólo se detiene al llegar a la casa de la playa y recuerda que es el último fin de semana que la puede ocupar, pues en cinco días, la propiedad será entregada a sus nuevos dueños.

La soledad y el frío reinan allí, enciende la calefacción, prepara un café bien cargado y se sienta al ordenador sin tener muy claro lo que quiere escribir. Nada se le ocurre. Aprovecha entonces, de juntar las pocas cosas de su pertenencia que quedan en el lugar. Mira a su alrededor y nada le parece ya importante. Llama por teléfono, para avisar que regresará el lunes en la noche, se abriga y sale.

Sus pasos la llevan directo al paseo de la playa que está solitaria y muy fría, un perro inmenso, de raza indefinida la sigue como un fiel compañero de toda la vida… se adelanta y se atrasa, siempre con ella, salta y ladra para llamar la atención y casi sin darse cuenta, ambos lo hacen, ella ríe con el perro, corre y este la sigue, saltando, jugando y al detenerse ella frente al mar, se sienta a su lado, recibe sus caricias que parece agradecer y comparten un paquete de galletas.

Queda petrificada mirando el mar y abrazando al perro. El oleaje y el cielo estrellado, conforman un todo sin igual, por un lado, el rugir de las olas la inquieta y estremece, en esa gran inmensidad y por el otro, la calma y la paz de un cielo estrellado, con todos sus elementos en el orden conocido. Así se siente. Dividida en dos.

El perro emite un gemido que la trae a la realidad, entonces le habla, le dice que al regresar le dará algo de comer, el animal parece entender y mueve su cola, a modo de aprobación. Le acaricia la cabeza… ya son amigos… el animal parece entender de soledad y abandono… parece comprender la situación, se echa en el piso, sin perderle mirada… se entabla un diálogo sin voz, sólo de caricias y comprensión, ya no está sola, su mano se desliza una y otra vez, por el pelaje de su nuevo compañero.

La luz de la luna, ilumina hasta perderse en el confuso horizonte e ilumina también su rostro y las lágrimas que empiezan a caer lentamente… las olas la llaman con un rugir indescriptible y el llanto es ahora, abierto y sanador… el perro se incorpora de pronto y comienza a gemir, pero ella no lo nota, hasta pasados algunos minutos… dos jóvenes se acercan y ella se aferra al perro, para hacerles notar que están juntos… uno de ellos le pide fuego y el perro se pone adelante y gruñe, el otro intenta detener al animal con una cuerda, pero este salta y lo bota al suelo, el que queda de pie la toma por un brazo, es atacado por el animal que le saca la parka a tirones de hocico y lo muerde… sólo lo suelta, para atacar al otro que insiste con la cuerda. El caído se levanta entonces y corre hasta desaparecer, dejando una gran mancha de sangre en el suelo junto a la prenda que lo cubría. El ataque al segundo hombre, se hace horrible y más sangriento, ella le grita al perro, pidiendo que lo suelte… se divisa una patrulla con las balizas encendidas y la sirena sonando… el tipo corre hacia ella y acusa del ataque a la mujer. Los carabineros adivinan lo sucedido y suben al hombre en la parte de atrás del furgón y a ella, le ofrecen llevarla a casa. Sube con el perro a quien no deja de acariciar…

… En el lugar de los hechos, carabineros había encontrado una navaja tirada en el suelo, junto a la sangre de los hombres.

Luego de una breve declaración en la comisaría, la dejaron en casa con su perro.

Pilef ©
Julio 2007

Texto agregado el 21-08-2007, y leído por 279 visitantes. (9 votos)


Lectores Opinan
02-06-2008 Sinceramente una hermosa y bien narrada historia. Aplausos. luis daywaskya
07-10-2007 Que fuerte!!! me encantó la forma en que narraste la historia y nos llevaste a ese final tan conmovedor, un abrazo. jackievidela
02-10-2007 No te voy a hablar del cuento, porque están los otros comentarios que ya hablan sobre él y seguramente concidiré con ellos. Sí quiero llamar la atención sobre un párrafo. Es el sexto párrafo,... tiene una descripción genial, muchas veces he visto ese paisaje, el percibido las sensaciones encontradas que aquello produce pero nunca había leído esa inteligente asociación entre paisaje y personaje. Disculpa que me vaya a algo particular del relato pero me pareció descollante esa mirada. BaronRojo
02-10-2007 Un emotivo cuento en donde destacas esa identificación y esa lealtad entre el perro y su ama. Siempre serán ejemplo a seguir. Estrellas todas. Palin
30-09-2007 tanto tiempo sin pasar a visitarte querida amiga y me encuentro con este cuento, de tanta realidad mundana, pero, lo esencial que rescatas es la sublime compañia del animal, la fidelidad que existe entre ella y el perro. amor incondicional ¿tanto nos resta a nosotros para llegar a ese estado? a esa fidelidad. mis 5* x 2 curiche
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