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Un extraño amor pirata

En un tiempo muy lejano un pirata llamado Antonio Gálvez, navegaba por el atlántico cuando de pronto diviso una isla muy hermosa y bien cuidada, que nunca antes había visto. Decidió inspeccionar para ver si es que alguien vivía allí, mas no encontró a nadie.
De pronto se le ocurrió que junto con su tripulación podían venir y apoderarse de aquella isla deshabitada. Se devolvió al pueblo que quedaba muy lejos del que seria su nuevo hogar así es que demoró días en llegar mas el ánimo y la ilusión de una vida mejor lo instaba a no dejarse llevar por el cansancio.
Al fin llego a su destino, agotado por el viaje; pero todavía no se podía rendir, le quedaba lo más importante que era reunir su tripulación que se encontraba dispersa por todo el pueblo. Primero se dirigió con mucho cuidado a su casa donde su mujer lo esperaba, le comunico la idea y ella aceptó gustosa ya que sabría que seria para mejor y ya no vivirían asustados de ser asesinados por la policía o por cualquier persona que los reconociese como piratas.
Luego fue en busca de los demás de la tripulación y les informo la idea, todos estaban muy contentos, tomaron rápido sus cosas y con mucha precaución se dirigieron al puerto donde un gran barco los esperaba escondido detrás de unos requeríos. Se embarcaron hombres, mujeres y niños, aunque estos últimos no se daban cuenta de nada pero seguían a sus padres. Antonio se encargo de dirigir el timón del barco. Su esposa que estaba muy enferma observaba desde su cuarto como el pueblo quedaba atrás y con él toda preocupación y el miedo.
Andrea, la pequeña hija del capitán Antonio, no se despegaba de su padre. Ella tenía solo 8 años y le encanta viajar. La niña era muy bella, tenía el pelo rubio y sus ojos azules como el mar que tantas veces había recorrido a pesar de su corta edad. Su único amigo era José Campos que también era muy guapo y le encantaba viajar, disfrutaba viendo como los piratas manejaban el timón. Él soñaba con ser un pirata como su padre, quería ser bueno y darle todo a su querida tripulación, en especial a Andrea a quien quería mucho y por ningún motivo permitiría que le pasara algo o le faltase comida.
Pasaron los días y al quinto llegaron a la isla, la pequeña Andrea bajó corriendo del barco y se internó en un bosque que había en la isla, su padre no se preocupo porque sabia que su hija tenia un gran sentido de orientación por todo lo que él le había enseñado y ayudó a bajar a toda la tripulación a desembarcar y a poner sus carpas por mientras que armaban sus casa con todo lo que la isla les brindaba.
En la noche la pequeña regreso para cenar con su vestido lleno de frutas que había sacado de los árboles.
-¿de donde vienes tan sucia?-le pregunto la madre.
- es que encontré toda esta fruta y me trepe a los árboles para sacarla, esta muy deliciosa- contesto la niña y luego agregó- todo es muy lindo aquí.
- si es verdad aquí todo es muy hermoso.- dijo Antonio.
-yo estoy muy feliz, aquí los niños podrán divertirse sin miedo.-respondió la mujer.
-si pero tendremos que saber administrar bien la comida porque no podemos ir tan seguido al pueblo.-respondió Antonio.
-pero ahora gracias a mi vamos a tener más comida.-dijo Andrea muy orgullosa de ella misma.- Hay mucha fruta en el bosque y si llevamos a algún pirata podremos traer más comida de la que traje yo hoy.
-ves que nuestra hija también hace descubrimientos como tú.-le dijo la madre al padre y luego se dirigió a la niña.- te felicito cuando grande vas a ser una pirata buena que siga con nuestro legado.
-yo también te felicito- le dijo el padre revolviéndole el rubio pelo de la niña- estoy orgulloso de ti.
Por primera ves en su vida la pequeña se sintió una verdadera pirata, ya mas feliz no podía estar.
Pasaron los años y la madre de Andrea no soporto las condiciones en que estaban viviendo, los bruscos cambios de temperatura agravaron mas su enfermedad y sin remedio murió; esto marcó un antes y un después en la vida de la joven que ya tenia 15 años. A pesar de todo, Andrea salió adelante en compañía de su padre, pero la tragedia la hizo madurar mucho y pensar en su futuro, así llego a la conclusión de que la gente necesitaba urgente atención médica y que no deberían de morir por miedo a ir al pueblo.
Recién se dio cuenta de que su destino era impedir que eso sucediera, estudiaría medicina y así podría salvar a la gente, ahora quedaba lo más importante transmitir la idea a su padre para que le diera la autorización que necesitaba para ir al pueblo y poder estudiar. Porque aunque ella había estado encerrada en la isla, era muy culta ya que sus tíos profesores, le habían enseñado mucho, además su padre le traía libros del pueblo cuando podía.
Cuando Antonio llego a su casa Andrea lo esperaba para hablar sobre la decisión que había tomado pero este se negó rotundamente.
-no me puedes dejar aquí solo en estos momentos.-argumentó.
-pero papá, ya no quiero estar encerrada en esta isla viendo como la gente se muere porque tiene miedo de ir al pueblo en busca de un doctor. Entiéndeme.-replico la muchacha.
-estoy muy conciente de eso, pero no te puedo dejar ir al pueblo, o no has tomado en cuenta que si te descubren te pueden matar.
-si, pensé también en eso, pero cuando yo me viene a la isla era muy pequeña, ahora ya nadie me va a reconocer.
-pero igual no te voy a dejar ir a la isla y se termino el tema.
- mi madre me habría dado permiso porque ella si tenia corazón. Ahora entiendo como debe ser una persona para ser pirata, debe ser frió e inhumano, como tú.-le dijo Andrea y se aprestaba para continuar cuando sintió un ardor en su mejilla, su padre la había golpeado por primera ves en su vida.-ves lo que te digo.- y luego que termino se fue y encerró en su pieza a pensar un rato.
La rabia la cegaba y tomando sus cosas se fue a la playa, donde estaría unos días hasta que pudiera perdonar a su padre y quizás entenderlo, pero lo más probable era que no lo lograra.
Para que Antonio no la viera salio por la ventana y se dirigió hacia su nuevo hogar temporalmente.
Allá encontró un lugar bajo un árbol donde quizás nadie la encontraría. No le contaría a nadie ni siquiera a José, porque ya no confiaba en él porque también tenia la meta de llegar a ser un pirata y seguramente le contaría todo a su padre.
Se instalo y poco después se fue a dar una vuelta a la orilla de la playa. Miraba en dirección hacia el pueblo pero no se alcanzaba a distinguir ya que estaba muy lejos. De pronto en el horizonte una silueta de barco se acercaba a la isla, Andrea pensó que no era el barco de la tripulación ya que no era día de compras, con un poco de miedo se escondió detrás del árbol donde había instalado sus cosas, pero una parte del vestido le quedo a la vista del marino que venia en el barco.
-bella señorita me podría decir donde estoy. Me perdí y no se como regresar a mi pueblo.
El marino supuso que la joven tenia miedo pues no le contesto ni salio de su escondite.
- no temas vengo en son de paz. Me llamo Tomás Cortés. No te voy a hacer nada, solo quiero saber lo que te pregunte.-dijo el marino que por cierto era muy guapo, tenia el pelo castaño y los ojos color miel.
- yo no se nada, a mi me trajeron cuando era muy niña para acá y ya no recuerdo en que dirección queda el pueblo, se que queda hacia allá pero no se cuanto hay que viajar, ni si hay que doblar o algo así.
-ah gracias, no se que voy a hacer, necesito volver a mi casa y no se donde estoy. Y ¿hay gente en esta isla además de ti?
-si hay una tripulación completa de…-dudo si debía decir que eran piratas porque quizás aquel joven podía llevarla al pueblo y ayudarla a estudiar.-de marinos.-mintió.
-ah y me puedo quedar aquí unos días, porque estoy muy cansado y desorientado. Y si sigo viajando puede que me vuelva a perder.
-si por supuesto, pero no debes dejarte ver por nadie, porque si alguien te ve te puede matar, ya que mi tripulación piensa que cada extranjero que llega viene a quitarles la isla.
-bien si tú lo dices, mejor me quedo aquí, gracias-le sonrió muy coquetamente a lo que la muchacha respondió sonrojándose un poco.
- yo me estoy quedando aquí, así que no te vas a sentir solo-le respondió la joven.
-me da mucho gusto haberte conocido, eres muy amable y simpática.
-gracias, tu también eres muy amable y bueno, algo en ti me dice que puedo confiar.
-si no tengas duda de eso, yo soy una persona muy confiable y no te voy a hacer daño después de lo bien que me trataste.
-ya yo me voy a buscar un poco de fruta, en el bosque, ¿me quieres acompañar?
-con mucho gusto.-le dijo el joven y la tomo de la mano y se fueron caminando sigilosamente por la orilla de la playa.
Nadie los descubrió y pudieron llevar a su escondite mucha fruta, tendrían por lo menos para cinco días.
Conversando y contándose sus sueños y aspiraciones, paso la tarde y la noche, al otro día despertaron muy tranquilos, Andrea sin darse cuenta se había acurrucado en el hombro de Tomás y cuando despertó de un salto se alejo del muchacho quien con el ruido había despertado.
- ¿Qué te pasa?
- No nada, tú sigue durmiendo si quieres.
- No ya no tengo sueño. Dormí muy bien.
- Yo igual.- dijo la joven recordando que había tomado por almohada.
- Toma, debes tener hambre.-y le paso una manzana de las que habían traído.
- Tú también debes tener hambre así que come algo tú también.
Comieron y luego de eso salieron a pasear sigilosamente, ya que les aburrió estar todo el día en el mismo lugar. Estuvieron toda la tarde recorriendo la isla de extremo a extremo, pero menos la parte donde estaban los piratas obviamente. Jugaron otro rato persiguiéndose, hasta que cayo nuevamente la noche y se quedaron dormidos pronto porque estaban un poco cansados.
Pero no todo podía ser perfecto, a la mañana siguiente, el padre de Andrea se percato que ya su hija no salía de su habitación y eso era extraño, fue a la pieza de la joven y se encontró con la ventana abierta y el “closet” vació. Se asusto pero como pirata “de sangre fría” como le había dicho su hija fue a buscarla como si nada pasara, en su rostro no se veía más que un mínimo de preocupación.
Con la ayuda de los demás piratas la buscaron casi por toda la isla, menos en el lugar donde ella estaba escondida porque era un lugar tan obvio que su padre pensó que no estarías allí, tal como Andrea lo había pensado.
La joven se percato de la conmoción que había en la isla y supuso que ya la estarían buscando.
-corro, peligro aquí y tu también, así es que saldrás en el primer barco hoy mismo si es posible.- le dijo al joven que se quedo perplejo.
-pero yo no me quiero ir, sin ti.-le contesto.
La chica se sonrojó, porque aquel chico no le era indiferente, o sea era muy guapo y Andrea aunque lo negara sentía algo mas que amistad por aquel marino que era muy amable y a quien había a prendido a conocer desde que se habían quedado solos en ese pequeño escondite, porque desde la primera vez que lo vio en el barco sintió algo especial como amor a primera vista, por eso mismo debía proteger al chico que le robaba el corazón aunque eso le costara a su propia felicidad.
-pero debes irte.-le contesto Andrea
-y… que harás tu si tu padre te descubre, no creo que te reciba muy bien. De cierta manera tú también corres peligro.
-pero yo sabré arreglármelas, no hagas las cosas mas difíciles.
-tu eres las que las esta haciendo difícil, porque si tu quisieras te podrías ir conmigo.-le contesto tomas
-yo no seria capas de dejar a mi padre.
-vente conmigo, en el pueblo podrás estudiar y salir adelante con lo que tu quieres, y después yo no te negare la posibilidad de volver a visitar a tu padre.
La joven lo pensó mejor, esta era su quizás, única oportunidad de ser feliz, pero si toda la ilusión se acababa, y si ese chico no era lo que ella pensaba y a la primera oportunidad la dejaba abandonada, pero también quizás no.
-bueno, me iré contigo pero… tengamos mucho cuidado por ahora porque todos me andan buscando.
No todo podía ser feliz, ya que en ese momento uno de los piratas la encontró y la llevo del brazo donde estaba su padre mientras que otro tomaba preso a Tomás, quien con la mayor fuerza que podía intentaba escapar pero era imposible.
-me imaginé que estabas aquí- mintió su padre- ¿Quién es este?
-Tomás, un amigo que se perdió aquí en la isla.
-un extranjero ah. Tu sabes lo que les pasa a estos que nos quieren quitar nuestra tierra.-lo miro de pies a cabeza muy enfadado- a puesto que te quería llevar contigo secuestrada.
-no, padre; el es bueno y no me quería llevar, ni quiere quitarles esta isla, él como te dije se perdió.
- si claro te engatusó con sus lindas palabras para que lo siguieras y te usara de rehén para quitarme mis tierras.
-señor si me permite-interrumpió tomas.-yo no quiero…
-tu no me hables, yo no caeré en tu juego.-interrumpió el padre de la muchacha.
-pero si es verdad padre.-grito la muchacha.-y si yo me hubiera querido ir ya lo hubiera hecho sin esperar a nadie que me ayudara, además tu buscaste que yo me fuera de la casa, me tratas mal y nunca me respetas, ni tomas en cuanta mi opinión…
-Andrea no le hables así…-dijo Tomás, recién cuando la joven se dio cuenta de lo que había dicho y se tapo la boca.
-ves como te lavo el cerebro este polizonte.-grito el padre.
-perdón papá, pero a mi nadie me lavo el cerebro era lo que debería haberte dicho hace mucho tiempo atrás.
-pero esto no va a salvar a tu amiguito. Tú sabes perfectamente lo que les pasa a los que se vienen a meter a nuestra isla, ya es tarde, mañana cumpliremos la sentencia, y tu marinero de cuarta, de aquí no sales vivo.- le dijo el padre de Andrea muy enojado y un poco triste por lo que le había dicho su hija.- ¡¡¡llévenselo!!!
Muy asustado Tomás, se fue con los piratas que lo arrastraban, pero estaba mucho mas asustado por Andrea que por su misma vida, porque el amor es así, cuando es verdadero hace que las personas se preocupen mas por el ser amado que por su propio bienestar.
Nada se podía hacer ya que después del suceso, el padre de Andrea la encerró en su dormitorio tomando todas las precauciones para que esta no se fuera a escapar nuevamente.
Y sentenciado a muerte Tomás esperaba muy inquieto en una celda.
Andrea pensaba en Tomás y Tomás pensaba en Andrea, pero nada mas podían hacer, y en casos creían que sus pensamientos podían llegar hasta donde el otro en un mutuo acuerdo.
La muchacha se imaginaba lo peor porque ya sabia que le esperaba a su amor, mas podía intentar sacar eso de su mente para inventar un plan que le sirviera a ella para escapar y rescatar a aquel bello marino.
Como en una jaula ambos pensaban en como rescatarse mutuamente pero el miedo no les permitía razonar bien.
De repente en la celda se sintió como si alguien venia, a Tomás se le paso por la cabeza de que podía ser Andrea pero al ver que era el papá de esta se entristeció.
-podría haberte perdonado que hubieras puesto un pie sobre mis tierras, pero que entrometieras a mi hija en tus planes, eso si que no te lo voy a perdonar.-dijo Antonio.-mañana temprano morirás.
-pero señor, yo no quise meter a su hija en problemas yo la conocí por casualidad cuando llegue a la isla.- contesto el marino.
-pero no debiste de habértele acercado.
-si, quizás tenga razón, pero su hija es las personas mas bella que he conocido en mi vida y yo la amo mas que ha nadie en el mundo, mas que a mi propia vida y si tengo que morir, estoy alegre por haberla conocido.-contesto Tomás con las mismas palabras que salían de su corazón.- lo único que le pido antes de morir es que me deje verla por ultima ves.
- eso, solo te lo voy a permitir porque soy un pirata que tiene corazón pero estarán vigilados.-se compadeció el padre al ver en los ojos del joven que sus palabras eran sinceras.
-gracias.
Fue en busca de Andrea y la llevo hasta la celda donde la joven muy extrañada empezó a preguntar, conocía bien a su padre y no se le ocurría lo que podía pasar.
- ¿porque me traes hasta aquí?, ¿me quieres hacer sufrir viendo a mi verdadero amor enjaulado como un animal salvaje que espera su triste destino?
- Este fue el último deseo de este tonto marino y yo soy un pirata.
Al entrar a la celda Andrea abrazo a Tomás, sin dejar de percatarse que los estaban vigilando.
-amor mío, por mi culpa estas aquí a un paso de la muerte.
-no es por tu culpa, además yo no me debería de haber perdido, pero esto me sirvió para conocer a la persona mas bella de este mundo, que eres tu.- la joven se sonrojo un poco por las palabras del marino, pero no dejo de llorar.
-yo también conocí a la mejor persona de este mundo y no me quiero separar de ti, si es necesario moriré contigo.-dijo en voz muy baja para que el pirata que custodiaba la celda no los escuchara.
-no, por ningún motivo, yo prefiero que disfrutes de tu vida, no me gustaría que tuvieras el mismo destino que yo.
-pero…
-pero nada, tu debes de vivir y acompañar a tu padre. Busca la forma de ser feliz que yo sé que la encontraras.-le dijo y despidiéndose la beso.
-adiós, amor mío.-le dijo Andrea mientras el pirata la llevaba lejos de allí.
Un plan habría sido lo más oportuno en ese instante, pero su mente asustada no pensaba mas que en el cruel destino que a su único amor le esperaba, rescatarlo habría sido lo mas bueno pero el guardia no dejaba ni un segundo sola la celda y como poder escapar de su casa donde su padre como buen pirata no la dejaba de observar de día ni de noche. Quizás había que dejar que todo pasara, pero como aguantar el sufrimiento.
-padre, no lo dejes morir, te lo ruego, si aun me quieres aunque sea un poco, no me hagas sufrir de esta manera.-le dijo la joven con lagrimas en los ojos rojos de tanto llorar.
-tus sabes las reglas mejor que nadie, si este sale vivo le contara a todos que vivimos aquí. No confió en nadie y menos en un desconocido.
-pero piensa papá, el me ama y no querrá hacerme daño a mi, ni a las personas que quiero como tú, además él no sabe como volver a su tierra, si lo dejamos aquí en la isla con nosotros no podrá contarle nada a nadie.
- yo prometí que no dejaría a nadie vivo que no fuera pirata en esta isla, y yo tengo que cumplir mis promesas.
- entonces si tu no dejas en esta isla a nadie que no sea pirata, también me deberías matar a mi, porque yo no me siento una pirata y no lo soy.- le contesto, ya enfurecida y tomando un cuchillo se dirigió donde su padre y se lo entrego en las manos- hazlo, prefiero estar muerta que soportar verte un día mas y que tener que callar este sufrimiento que tu causaste.
- calla, hija yo no voy a hacer eso, tu eres pirata, porque eres hija de uno. Veras que lo que hago es por tu bien y después se te pasara todo el sufrimiento que dices tener.
- matar a una persona, no es hacerle bien a otra y tu sabes bien que esto no se me pasará. Tú solo buscas que te odie cada vez mas y antes de que me golpees de nuevo me voy.- y se fue a encerrar en su cuarto, donde unos barrotes en la ventana, la separaban del mundo exterior impidiéndole escapar.
José apareció de pronto por la ventana donde Andrea miraba.
-¿Por qué estas así? Amiga.-le preguntó
-porque mi padre no me deja salir de aquí, ayúdame, José te lo ruego.
-bueno, si es por eso yo le diré a tu padre que te deje salir conmigo.
-apresúrate, que necesito salir urgente de aquí.
El padre dio la autorización, con la condición de que la joven saliera con un pirata que la vigilara, ya que sabia que intentaría escapar, pero lo que no se imagino era que la joven había tomado un palo y escondiéndolo entre sus ropas salio.
-gracias amigo, me salvaste la vida ya no podía aguantar mas en ese encierro.
- lo suponía pero ¿porque tu padre no te dejaba salir?
-no lo sé, tú lo conoces y cuando se le mete una idea en la cabeza no se la quita nadie, lo que pasa es que yo mes escape porque necesitaba pensar en algo y además el me trata mal, y para que no me volviera a escapar me encerró.
-a con razón entonces, él te quiere mucho y no podría soportar que tú te fueras.
-si claro.-contesto la joven sarcásticamente. Pero se acordó de su plan, que rápidamente había inventado en ese momento y saco el palo de entre su vestido y con este golpeo a José- perdón amigo.-y luego golpeo también al pirata que los vigilaba justo cuando se había distraído.- bien.
Se dirigió a la celda, el pirata que la custodiaba estaba dormido así que no era difícil entrar y como nadie la había visto aun mejor.
-Andrea que haces aquí-pregunto Tomás.
-te vine a reacatar, no podía estar sin verte y pensando en tu cruel destino. Me escape.
- pero y tu padre, no te vio.
-es que Salí con José, mi padre le tiene mucha confianza y por eso me dejo salir.
-claro, si él es tu novio.
-déjate de celos y de decir cosas estúpidas- y tomando la llave abrió la celda.-apúrate.
Los dos salieron corriendo, tomaron el barco de compras y se alejaron del puerto, y a la vista de algunos piratas que intentaron alcanzar el barco pero no pudieron ya que estaba mar adentro.
Todo fueron avisar a don Antonio, pero ya era tarde, la embarcaron se alejó y con ella, Andrea, tomas y un pirata que los guiaba, ya que estaba con un cuchillo al cuello.
Ahora ya nada los separaría de su felicidad.
Llegaron a la cuidad y se dirigieron a la casa de Tomás donde su madre los recibió con los brazos abiertos, el joven contó la historia de cómo se habían conocido con Andrea, cambiando algunas partes y la madre acepto que se quedara. La ayudo con el permiso que necesitaba para estudiar y así fueron felices por dos largos meses, pero las casualidades de la vida hicieron reencontrarse a la familia Gálvez.
En un paseo por la plaza y el puerto Andrea y tomas vieron el barco pirata de las compras donde venia Antonio, quien al reconocer a su hija se bajo de la embarcación.
- así que ahora eres una señorita de la alta sociedad, hija.- dijo el padre mirando a la joven quien reconoció a su padre.
- Ahora ya soy feliz. No gracias a ti.
- Pero si claro, me abandonaste, para seguir a este marinero de cuarta.
- Será marinero de cuarta, pero él supo como hacerme feliz de verdad y el no es un pirata como tú, aquí no tengo que temer y estoy estudiando como mi madre siempre quiso.
En ese momento Antonio se percato que la cara de aquel marino le era conocida de mucho antes de que pusiera un pie en la isla. Y se le tiro encima golpeándolo muy duro hasta que Andrea los separo
- claro, tú eres hijo de cortes, de ese maldito que mato a mi hijo y que por su culpa mi mujer enfermó
- ¿de que estas hablando padre?
- Tú no conoces toda la historia, hija. A ver si después de lo que te voy a decir vas a seguir confiando en este. –le dijo el padre y comenzó a narrar la historia que Andrea y Tomás escuchaban con mucha atención- hace muchos años atrás, yo tenia un hijo, se llamaba Andrés, también era pirata como yo. El era bueno y un día cuando vinimos a comprar al pueblo, justo a aquel negocio, el padre de este, le disparó sin que mi hijo pudiera defenderse, lo mato a sangre fría y cuando mi esposa lo vio desangrándose tirado en el suelo comenzó con su enfermedad y eso desencadeno su muerte de unos años atrás. Nunca le voy a perdonar lo que hizo, mato a las personas que yo más quería en mi vida.
- Pero, yo no tango la culpa de lo que mi padre hizo. – replico tomas.
Pero Andrea lo miro seriamente, casi llorando y luego de esto salio corriendo muy confundida y detrás de ella también salieron los dos hombres.
Tomás también estaba extrañado ya que no creía que su padre hubiera podido hacer todo eso, porque para él su padre era una buena persona y no tenia la menor idea del daño que había causado, por otra parte comprendía que Andrea estuviera triste, confundida y que se sintiera sin saber a quien creer, porque de una u otra forma él también se sentía así.
Ya sin poder seguir corriendo se detuvo y tomas la logro alcanzar, le contó su versión como para que entendiese que él no tenia la culpa de nada:
-yo no sabia nada de esto, te lo juro por el amor que te tengo.- le contó el marino, mientras el silencio de la joven daba a conocer que eso no importaba mucho ahora.- se que debes de estar confundida y quizás asustada al no saber con quien estas ahora conversando, pero yo soy la persona que te dije, soy bueno y no te haría daño, ni a ti, ni a nadie. También me vengo enterando de esto ahora y entiendo que estés confundida porque yo también estoy así.
La sinceridad con que le hablaba hacia que dentro del corazón de Andrea se formara o renaciera la confianza en aquel chico, pero todavía la duda tenía un lugar importante.
- te creo Tomás, pero aun no puedo lograr entender esto, perdóname por dudar de ti, se que quizás lo que me contó mi padre sea verdad o puedo que me lo halla dicho para separarme de ti, pero de una forma u otra tú no tienes la culpa de lo que hizo o no tu padre.
- no tengo nada que perdonarte porque me siento igual de confundido que tú, pero esto no puedo separarnos después de todo lo que luchamos por estar juntos.- en ese momento llega el padre muy cansado de tanto correr y al ver a la pareja abrazada, decide ya no luchar mas dándose, por primera vez, en su vida por vencido.
-bien, veo que nada de lo que te dije Andrea te hará cambiar de opinión sobre este muchacho pero, ya veras que un día te dejara.
Pero los piratas cambian luego de opinión y tomando su espada intenta matar a Tomás, pero Andrea se dio cuenta y se gano en medio, siendo herida en el estomago, Antonio muy preocupado por lo que había hecho se tiro al piso llorando.
- ve lo que hace, ahora le encuentro toda la razón a Andrea los piratas tienen sangre fría y podrían matar a su propia hija, usted nunca quiso la felicidad de este bella joven sino que solo buscaba en ella su felicidad y la tenia con el único motivo de no quedarse solo, porque no creo que la halla querido en lo mas mínimo.
- Pero, yo no quise hacerle esto - en ese momento el sentimiento de culpa en Antonio fue mas grande que su sentido común y tomando el mismo cuchillo ensangrentado, lo enterró justo en su corazón muriendo instantáneamente, mientras la gente que pasaba por allí muy sorprendida miraba atónita la escena.
- no se queden parados allí, y ayúdenme, llamen a un doctor.
Justo en ese momento pasaba un doctor por ahí y llevo con la ayuda de Tomás a Andrea mientras que otros hombres amables llevaban el cadáver de Antonio ,no mirándolo como un pirata sino que como una persona mas, porque nadie le querría hacer mal a los piratas, como ellos creían.
Los llevaron a la consulta del doctor, donde con la ayuda de la enfermera pudieron para la salida de la sangre y como la herida no había sido tan profunda, no era mortal, por lo cual en unos días Andrea estaría ya mejor, pero no se podía decir lo mismo del padre, quien esa misma tarde enterraron en uno de los cementerios de la cuidad.
Cuando Andrea despertó, tomas le contó todo lo ocurrido con su padre y ella muy triste, lloro y lloro hasta quedar casi sin lagrimas., ya que a pesar de todo el mal que le había hecho a ella y a su novio, no podía llegar a odiarlo, ni a desear su muerte, porque ella no era una verdadera pirata, ella “sentía, vivía”
Al tiempo después Andrea ya se había mejorado y aun sintiendo la pérdida de su padre se casó con tomas y fueron muy felices, a pesar de todo, la joven pudo estudiar y consiguió ser una doctora como quería, así estuvo viajando de la isla al pueblo, donde la necesitaran allí estaba. Y como antes había dicho, ella no era una pirata, ella era amable, pensaba en los demás, porque ella tenía un corazón que si latía.

Texto agregado el 19-08-2007, y leído por 177 visitantes. (3 votos)


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