TU RIVAL
Sé que sospechas algo,
pues te ponen nerviosa mis salidas.
Y la duda se te hace residente
en el turbio aposento de los celos.
Finges normalidad cuando preguntas
¿a dónde vas? ¿y cuánto tardarás?,
y tu mirada huye
a comprobar la hora cuando vuelvo.
Sé que observas mis pasos,
que entras en mis bolsillos,
que revisas las notas de mi agenda,
e investigas mi ropa
en busca de señales delatoras.
Sé que el llanto me suple,
que se queda a tu lado,
que moja la aridez de mi vacío
y usa sin miramiento los espacios
que yo le cedo al irme.
Queja de incomprensión,
balanza de cristal, pilar de arena,
cimiento sacudido de su alvéolo.
Porque sé que te aflige mi reserva,
y te aturde mi extraña lejanía,
fosa de sinrazón,
cáscara de sigilo,
quiero mostrar mi grieta,
quiero rasgar la piel de mi silencio.
Para calmar tu duda,
y que puedas suplirla con desprecio,
y me escupas tu rabia,
hoy te digo que es cierto que te engaño,
que soy un vil traidor,
un infiel compañero,
que merece tu ira y no tu lloro.
Porque no tiene excusa
ni defensa mi engaño.
Porque tú eres de sobra más mujer,
de las dos eres tú más atractiva.
Tu charla es más amena,
y tu piel es más suave,
y tus besos más dulces.
Pero a ella la siento
más cercana y más mía,
me envuelve su frágil presencia,
me agrada su sexo distinto,
me roza su ser por entero,
se adapta su forma a mis ansias.
Me gusta su entrega callada,
su digno silencio,
su estilo que sabe
brillar fascinante
sin ser pretencioso.
Porque ama el recato
al tiempo que excita el deseo.
Y sabe ocupar el espacio,
estar sin ser centro,
hablar sin palabras,
y cura su calma los golpes
que lanza la vida.
Ya sólo su gracia me alegra,
no puedo sentir sin su abrazo,
mi piel se ha pegado a su esencia.
Y si quieres saber sobre esa amante
que te roba mi tiempo
y te usurpa mi afecto,
esa que es tu rival,
tu invencible enemiga,
te diré que se llama soledad.
Y su nombre se escribe con minúscula.
|