"¿Porqué callo?"
Se debaten, y él tiene su opinión, sabe que la tiene, quiere derramar veinte líneas en el aire, empujarlas dentro de las seis orejas restantes, y además a las suyas propias.
"¿Acaso mi silencio se debe a que pienso solamente en este estado y al hablar se me blanquea el celeuro? No, no puede ser... ¿Cómo he de confundir el pensamiento por el ínfimo hecho de emitir sonidos? Sé que tengo coherencia... pero jamás lo he probado a quienes quiero. ¿Y a mí, me lo he demostrado? La única fluidez de la que me he cerciorado es divagar eternamente en estúpidos pleitos personales de mi cabeza, si hoy... si ahora no abro la boca, ¿Qué otra convicción puedo tener si no la de ser un tarado antisocial incapaz de discutir con otro humano?"
La discusión continúa, mientras él opina mentalmente y a la vez se cuestiona a sí mismo.
"Estoy de acuerdo en ese punto, cómo decírselos, veamos, estaría bien decir que el hedonismo es una de las pautas principales que mi generación posee, sí, pero eso ya está dicho, cabe agregar que el hedonismo no es un mal en sí... pero que nuestro bienestar está solo entre comillas vale la pena decirlo, pues fundarnos en un entretenimiento estupidizante conlleva necesariamente a un futuro putrefacto. Yo mismo lo he sentido, creí mucho tiempo en mis pasnesias, un agrado químico paralizante que, justamente como acaba de decir Joaquín, es una sensación de ausencia, un vacío del tiempo propio que nos obnubila el tiempo de los otros, que sigue corriendo (o bien girando como la tierra en el famoso eterno retorno) normalmente, socialmente, antinaturalmente como acaba de afirmar J."
Piensa en su postura, piensa lo que dicen y en lo que él debiera decir. Triple pensamiento... triple corchea muda para el resto... mil veces cero aporte se autodenomina.
"¿Porqué callo?"
Se debaten, él tiene su opinión, sabe que la tiene, pero sabe qué poco sirve enjaulada ahí, en su pecho. |