“La voz de las palabras”
Hoy me he propuesto hacer justicia para con las palabras, por lo cual, he decidido que las cosas sucedan al revés. Quiero decir, hasta ahora siempre las he utilizado para mi beneficio y ellas nunca me pidieron nada a cambio.
Debo reconocer que a lo largo de mi vida fueron la herramienta más necesaria, hasta me atrevo a decir que fueron fundamentales, tal vez, imprescindibles. Y sin embargo, nunca me pidieron nada a cambio.
Recurrí a las palabras cuando necesité expresarme, cuando necesité quejarme, cuando necesité pedir perdón, incluso cuando necesité mentir. Es cierto que también hubo momentos en que me traicionaron y entonces me sentí dolido y les guarde por algún tiempo cierto rencor.
Me acuerdo de la vez en que tuve frente a mí a la mujer más bella y encantadora. Mi corazón se estremeció, mis manos sudaron, mi cuerpo fue presa de una revolución hormonal y al mismo tiempo espiritual. Deseaba con fervor que la mujer en cuestión fuese solo para mí. Entonces necesite de ellas, las palabras, pero ellas no aparecieron. Mi boca muda, solo pronuncio el silencio. Me hicieron quedar como un verdadero tonto.
Pero lo cierto es que todo lo que tengo en la vida, de cierta forma, les pertenece a ellas. Y sin embargo, ellas nunca me pidieron nada a cambio. Así es que a modo de humilde tributo, he decidió retribuirle a las palabras todo lo que ellas me han dado a cambio de nada.
He decidido que por esta vez, la cosa funcione al revés, y en vez de que sean tan solo reflejos de mis pensamientos, espejos de mi alma, ocupen el lugar de privilegio que merecen por tanta bondad y tanta sabiduría desinteresada. Sin más nada que decir, dejaré que a partir de este preciso momento, ellas se expresen por si mismas, y digan lo que tengan que decir…
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