Una vez más el dedo frío del miedo recorría su espalda.
Apuró sus pasos sintiendo el rodar de los neumáticos muy cerca por detrás suyo.
El punto de encuentro debía ser cambiado de acuerdo a lo pactado para estos casos.
Pero ni siquiera tuvo tiempo de cambiar de rumbo.
Apenas si se dió cuenta de que había sido golpeado de un culatazo en la cabeza.
Mientras todo comenzaba a girar a su alrededor, escuchó entre una andanada de golpes de puño y patadas en las costillas, la potente voz del milico que lo apremiaba: -"¿Cuál es el lugar?, ¿dónde está? Hablá infelíz, hablá o te reviento!"
La oscuridad vino en su momentáneo rescate, y se sumergió en ella con la esperanza de que fuera eterna.
Texto agregado el 17-08-2007, y leído por 390
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Lectores Opinan
28-01-2009
Me gusta, pero reitero el comentario de la primera parte. Un abrazo...Walter gerardwalt
06-04-2008
Buen refugio es en ocasiones la oscuridad..salvadora de realidades de persecucion, como en este caso..tristes y dolorosas realidades.. Mildemonios
16-03-2008
La muerte nos pilla a todos... A veces incluso nos salva. Felicidades y 5 más. jau
05-03-2008
conciso y preciso con las ideas directas/indirectas (depende del punto de vista que se lea).
Muy bueno. alegreincer
19-11-2007
Desear morir en una situación como esa es la única posible salida. 5*
arcangel_solar