Siempre que había ido sentía como mis músculos flaqueaban, sentía como mi corazón se aceleraba. Pero nunca iba por que yo fuera el protagonista sino siempre en calidad de acompañante o receptor. Este día en especial, por fín me tocó ser protagonista. El día comenzó muy temprano llegué a casa como a las 7 de la mañana y tenía tanto nervios que la resaca que tenía en pocas horas se diluyó. Ya todo estaba preparado en mi casa y solo tenía que esperar a que todos estuvieramos listos y salir con mis maletas. Faltando unos escasos segundos para salir al aeropuerto, se presentó un retraso, "uh!!, qué pasó??", dije, "parece que tu primo va a ser papá!", - "qué??", dije, un poco indignado no por el hecho mismo (a pesar de él tener tan solo 15 años) sino porque estaba retrasando mi salida y todo se estaba derrumbando porque a mi primo le dió por contar justo ese día que iba a ser padre. Pasaban los minutos y mi intranquilidad crecía, pero yo quería que todos estuvieran allá conmigo. Por fin, todo hablado, pero no solucionado, salimos hacia en aeropuerto - a unos 24 kilómetros de mi casa. Yo iba manejando y mi madre iba justo al lado, pero no debí hacerlo, debí dejar a mi madre manejar. Yo tenía la cabeza en todos lados menos en la carretera, y todo y así llegamos al aeropuerto a la hora indica. Llegó ese tan anhelado día en que pisaba el aeropuerto y por fín iba a sentir lo que era viajar, que gusto tenía. Pasé el registro y llegó la hora de la despedida...., ahh!, solo los miro.. qué linda es mi familia, qué lindo es este momento, qué lindo es sentir cómo el corazón te hace vibrar de emoción y te desata cada lágrima a medida que abrazas a los tuyos, pero es una mezcla de lágrimas saladas y dulces...., "Es algo que tengo que hacer", pero ellos lo saben y te tranquiliza. Finalmente después de diez mil horas de abrazos y llantos los dejo, no pienso...solo camino... y voy hacia adelante y no miro atrás..., espero a que llamen mi vuelo y me siento. Parece que ya es la hora, paso mi boleto y voy directo al avión. Trato de verlo todo, trato de ver por la ventanilla si hay una mano que quiere espantar los moscos, veo quien está a mi lado (esperando que sea una linda mujer- lo cual jamás pasa) y el avión se despega del piso y pasan unas horas y ya no estoy donde nací. |