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Inicio / Cuenteros Locales / pichidomo / Una unión más allá de un sentimiento: capítulo # 1

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UNO


Sentado en su silla de ruedas Lientur celebra su cumpleaños nº 17 en la casa de sus abuelos, todos cantan y aplauden, él solo se ríe y mira a su Isabelita, lo abrazan y lo besan, él solo la mira a ella.

Por primera vez Lientur siente que su pecho va explotar, ella se acerca, viene ha abrazarlo, él no sabe lo que siente, sólo sabe que esta tranquilo, seguro, junto a ella todos sus problemas se desvanecen cuando ve sus ojos, es algo mágico, algo incomprensible.

Depende de sus padres para todo, de su cuerpo, el lado izquierdo lo tiene inmóvil, para rehabilitarse, su futuro lo encuentra en Santiago, allá están todas las posibilidades de superación, su infancia se basa en realizar logros mínimos, pero fundamentales. En la casa donde vive todos lo miman y l ayudan en lo que fuera con tal de no hacer nada que fuera de mucho esfuerzo para él

Una tarde Lientur pide permiso a su mamá para ir a la plaza con Isabel, la madre después de un par de consejos a la niña, accede a su petición.

- ¿Para que pediste permiso para ir a la plaza?
- Por que tengo que hablar contigo de algo sumamente importante y lo tengo que hacer antes de irme a Santiago.

Se sientan en la plaza, los niños juegan en los resbalines, y columpios, ella se sienta en una banca y él ya sentado se coloca delante de ella, y muy serio pronuncia.

- Isabel, escúchame, te amo desde la primera vez que te vi., tú iluminas mi vida, siento una gran alegría en mi pecho que no había sentido nunca antes. Sé perfectamente que lo que siento no se puede, pero créeme, por más que trato no puedo evitarlo, es algo que va más aya de mí, no lo puedo controlar.

- Lientur, yo... no puede ser, somos primos, llevamos la misma sangre, tu madre es hermana de la mía, ambos tenemos la misma raza, compartimos todo... no puede ser, estas loco, después de esto nada será igual. Tú me amas, ¿Pero cómo Díos mió? Explícame.

- ¡No sé! solo paso, es algo incontrolable, te amo y no puedo cambiarlo, porque por más lo intento, no pudo evitarlo. Me apareces por todos lados, escucho tu voz, susurro tu nombre, siento tu aroma y la calidez de tus manos,...

- ¡Basta! no Lientur, no puede ser, no quiero saber nada más de tus sentimientos, esto se quedo enterrado en este lugar, y no se hable más de este asunto

La tarde se nublo, hubo silencio, volvieron a la casa y no hablaron más.

Al otro día después de almuerzo Lientur fue a reposar bajo el nogal a leer un libro, pero por más que leía no conciliaba la concentración, tiene grabado en la retina la imagen de Isabel y en la memoria las palabras que provinieron de su boca. En el momento en que él se encontraba sumido en el recuerdo de aquella escena, a su lado se sienta ella, quien apoyando su cabeza en el tronco y cerrando los ojos respira hondo y tomando fuerzas pronuncia:

-Lientur... perdóname por lo que dije ayer... no debí decir lo que dije, lo siento.
- Fue lo que sentiste
- Lientur... es que... es que... te mentí
- ¿Cómo que me mentiste?
- Si, te mentí... yo... yo... te amo también

Lientur se incorpora, la mira con cara de confundido

- ¿Qué?
- Eso... que te amo pero ayer no me atreví a decirte.

Un silencio profundo se produjo en el lugar.

- Isabel te juro que nunca jamás, pase lo que pase, no me voy a olvidar de ti.
- Lientur, yo te juro que también nunca jamás me olvidare de ti, te amo.

Y el sábado muy temprano, en el tren de las 8 Lientur partía rumbo a Santiago. Isabel lo hizo 2 días después a San Fernando a estudiar leyes. En el tren Lientur su fue pensando en lo que Isabel le dijo y una sonrisa se mostró en sus labios. El viaje duro alrededor de cuatro horas.


Texto agregado el 14-08-2007, y leído por 87 visitantes. (0 votos)


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