No es la luna la que sonríe,
tampoco el sol viajó hasta el balcón
en un decidido vuelo sin escalas.
No me seduce la hiedra
pintándome el jardín con sus colores;
sé que el invierno hará temblar de frío
los secretos que duermen
bajo sus pequeñas alas verdes.
Y esas flores nuevas ¿serán flores?
(La mirada sabe del dolor
y trama un telón de existencias
con el ùnico fin de negar otras)
No me digas nada, no me expliques.
Déjame que me haga el cuento,
que crea que todo es verdad,
que nada miente y que el universo
siempre está de nuestro lado.