El día más frío que lo normal, me costó incorporarme y ponerme en pié, otro lunes, otra semana, volver a tomar el ritmo después de un fin de semana de relajo.
Miro por la ventana y veo a mi gris ciudad con un feo y frío día, aparte es lunes, cierro los ojos y vuelvo a mirar… nada, todo igual y pienso que después de la ducha el día se pueda ver mejor.
El agua no logró quitarme el frío que cargaba, las gotas caían como agujas en mis helados pies sin siquiera calentarlos. Me sequé y volví a mirar por los cristales imaginando al correr la cortina que todo se vería mejor, pero nada aún el día igual.
Entre dientes murmuré un garabato, refunfuñando, y miré al día con mi expresión de desagrado para que supiera que todo mal con él, todo mal.
Suelo vestirme de mala gana, sobre todo los días como estos, los lunes siempre son grises, y mi ropa, oscura como me siento, nada me motiva a salir, menos el día… malditos lunes, por que no jueves, por último un martes feo, pero lunes, que va, si parece que siempre son así.
Ahora el garabato se escapa de mi boca, clarísimo de principio a fin, y creo que nada hará cambiar este día, ni desear tu presencia aquí lo mejora, quizás un poquito, como si imaginar tus ojos entibiara mi mirada, esos ojitos que me roban el alma y me atrapan.
Creo que las cosas están mejorando con tu recuerdo y me imagino esa sonrisa que logro robarte con mis comentarios tontos, esa sonrisa que hace que tus cejas también sonrían y hace que mi corazón palpite como ahora, mientras te pienso, te recuerdo y te vivo aquí conmigo.
Ahora el día me inquieta, necesito verte, leerte, soñarte un momento, ya no importa lo gris y feo que se vea por la ventana, tu sola presencia en mi memoria lo ilumina y me envuelve con una placentera ansiedad, sólo si estás tú podré quitarme de una vez todo lo que el día ha dejado, porque tú eres mejor que él día, tú haces que un lunes, sea mi “lunes”.
Dedicado a Adanunlunes
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