Tomé de tus labios las ansias, a uno y otro lado, el deseo cae y brota, tomé de tus labios, de tus manos las ansias coloradas que me hacen decir basta. Tomé la noche de tus fauces abiertas, de tu vientre y de la luna que se esconde debajo. Tomé de tu mirada la penumbra y de tus piernas enrojecidas la posibilidad de no volver a escribir ni una sola palabra. ¿Sabes que estamos unidos por un cántaro? Yo no, por eso te voy tomando de a poquito, para que sepas que ni los cántaros ni la luz ni la noche saben que estoy enredado en un trozo de tu espina. Dime, amor, cómo vas a hacer para que esta mirada mía no vaya a cortar de un tajo tu silencio, dime, amor, cómo vas a hacer para que mis manos estén quietas. Dime, amor, cómo vas a hacer para detener todo. Yo creo que no puedes, amor, yo creo que todo lo que se ha dicho entre tú y yo depende de mí. Porque estás en mí como yo en ti, porque, amor, yo soy en el lugar donde tú estás. Porque, por más que trates, amor, éste que ves es éste que eres. |