Ciega en los laberintos de la noche amoeba blanca, anélido esponjado, como miasma espectral de tu pasado cumples el rol que sueña un dios fantoche. Abres la historia humana en tu derroche palpitante y febril de icor vedado que Eva y Adán después de su pecado lloran en la versión de Dellacroce. Fuiste dios en los templos del Egeo, nouma abstracta en las semias del Leteo, bestia entre cuyas fauces ardió Roma. Ciega en tu laberinto sempiterno vas en pos de las llamas del averno que atizaron las culpas de Sodoma.
Texto agregado el 13-08-2007, y leído por 183 visitantes. (2 votos)