Y no te hundas en la singularidad de haberme conocido, no hay cabo que te devuelva a la tierra cuando miras así, cuando me miras así, entornando las persianas hacia un pasado reciente, me has dejado ver tus ojos empapados, puestos como esfinges en el portal de tu alma, salvaguardando un corazon delator de tristeza y soledad, de angustia y distancia.
Congelaría la vida y te daría el tiempo que necesitaras, para quitarme, para cauterizarme con años y con amores, con hijos que no te he dado, para que entiendas que el cuerpo aguanta, y que no se bloqueara jamas el caudal de la vida, que ni aún las trampas de tu capricho pueden contener una tormenta natural, tan hermoza y tan tuya, que es la existencia misma. Podes negar ahora mismo que has nacido afortunada, pero porque has nacido es que ya es suficiente; sera cierto que algún día devolveras a la tierra ese corazon tan dulce que late fuerte, por mantener el equilibrio, pero nadie en vida te anulara los sueños ni la experiencia de haber amanecido desnudos y juntos, para luego vestirnos y seguir viviendo...
...Condenados a la felicidad.
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